Jorge Luis Morillo Durán, de 23 años de edad, era muy unido con un primo de 15 años. Eran inseparables y juntos estaban cuando la noche del sábado un delincuente los interceptó, los despojó de sus pertenencias y les arrebató sus vidas. El doble homicidio se consumó en la carrera 7 con calle 13 de Barrio Unión, al noreste de Barquisimeto.
Estaban conversando
Morillo Durán y su primo estaban conversando en las afuera de su residencia, a las siete de la noche.
En toda la esquina de la calle 13 de Barrio Unión está la residencia y un poste justo al frente, pero prende cuando quiere y su alumbrado es un poco escaso. La oscuridad fue aprovechada por un delincuente quien llegó de forma sigilosa y de inmediato sacó un arma de fuego los apuntó y les pidió sus pertenencias.
Ambos jóvenes entregaron las carteras y los teléfonos celulares sin oponerse, pero al maleante no le bastó y comenzó a disparar en contra de los muchachos.
Residentes de la zona por temor no se identificaron, pero indicaron que el delincuente andaba a pie y tenía una actitud bastante extraña. Parecía estar bajo los efectos de alguna droga.
Auxiliados
Morillo Durán recibió un tiro en el cuello y otro en el pecho y el adolescente de 15 años en el pecho. Ambos fueron trasladados y llevados por los vecinos y familiares hasta el Seguro Social de Barrio Unión, allí los estabilizaron y a las 7:25 de la noche fueron ingresados a la emergencia del Hospital Central Antonio María Pineda, pero murieron.
Jesús López comenta que estaba de viaje y cuando venía le avisaron lo sucedido con el menor de sus tres hijos, quien tan solo tenía 15 años de edad.
El adolescente cursaba noveno año de bachillerato y era fanático del baloncesto e inclusive estaba en un equipo en Bella Vista. Cuatro veces a la semana iba a la cancha que está en la calle 49 con carrera 13 a practicar.
Lisandro Morillo le enseño los oficios de la construcción a su hijo y desde hace cuatro años trabajaba con él, además estudiaba Higiene y Seguridad Industrial, en la Antonio José de Sucre. Con su muerte deja una pequeña de seis años huérfana. Ambos padres exigen justicia por la muerte de sus hijos, muchachos sanos y trabajadores.