El aumento desmedido de los precios en varios rubros, lo cual se percibe a diario tanto en el estado Lara como en el resto de país, tiene distintas causas asociadas, en su mayoría, al manejo de las políticas económicas del país.
A excepción de los productos regulados, existe una anarquía en el costo que se asigna cada día, semana o quincena a determinados rubros que no se encuentran bajo la tutela de los costos y precios justos. Aunque de forma extraoficial se sabe que mucho de los cálculos de estos precios se realizan según la banda del dólar paralelo que en los últimos días ha alcanzado un notable repunte.
El economista Aníbal Peña Javitt señala que el incremento desmesurado de precios tiene su origen en las últimas modificaciones realizadas a la Ley del Banco Central de Venezuela, “que permiten al Ejecutivo nacional emitir dinero inorgánico (sin respaldo de las reservas, ni de la producción nacional), con el fin de respaldar al propio Gobierno y las empresas del Estado, contraviniendo lo establecido en la Constitución, que prohíbe justamente esa práctica”.
El exceso de liquidez monetaria se convierte en un problema cuando no hay respaldo de la producción.
Se estima que en la actualidad hay “unos 2 billones 300 mil millones de bolívares circulando en el país”, indica el especialista. Esa cifra se contrapone a las cifras de las reservas internacionales, que según el propio Banco Central de Venezuela, se sitúan por debajo de 18.000 millones de dólares (según el informe del 15 de mayo de 2015, cuya cifra concreta es de 17.852 millones de dólares).
“El aumento de la liquidez ha traído como consecuencia una presión en la demanda. Tenemos bastante dinero circulando pero con igual o menor producción que en el año 1998, y cuando esto sucede se genera un proceso inflacionario sin control, que está por convertirse en hiperinflacción por encima de los tres dígitos, durante varios trimestres consecutivos”.
La creación del Fondo Nacional para el Desarrollo Nacional (Fonden), originalmente para inversión en educación y salud, ha hecho que se desvíen muchos aportes en dólares desde Pdvsa y el BCV hacia esa institución.
“Las divisas que van al Fonden hoy estuviesen en las reservas internacionales. Del 2005 al 2013, ese fondo ha manejado cerca de 118.000 millones de dolares, que si estuviesen en las reservas internacionales hoy tendríamos una moneda fuerte y sin escasez de dolares”.
A la realidad económica se suma el incremento de las importaciones, que con la escasez de divisas se encuentra en su menor expresión. “El sector empresarial tampoco recibe las divisas necesarias para incrementar su producción, lo cual se traduce en escasez y desabastecimiento interno”.
El control cambiario, implementado con fines políticos y no económicos, según Peña Javitt, es otro de los problemas graves que inciden de forma negativa en el sector económico, al igual que los diferentes tipos de cambios, el control de costos y los precios justos, y el denominado ‘bachaqueo’.
En la década de 1960 el país pudo recuperarse de una crisis
Tras la caída de la dictadura de Marcos Pérez Jiménez, Rómulo Betancourt asumió la presidencia del país. En esa época, recuerda Peña Javitt, se registró una importante fuga de capitales, un desequilibrio en la balanza de pagos, disminución de las reservas internacionales y en la liquidez del país.
Betancourt adoptó entonces políticas fiscales y cambiarias que le permitieron salir de la crisis.
“El 8 de noviembre de 1960 dictó el decreto 390, con el que estableció el control de cambio por primera vez. Su política fiscal fue la disminución de sueldos a todos los empleados públicos, incluyendo al personal militar, en 10%.
En marzo de 1961 se crearon dos tipos de cambios: uno de 4,60 bolívares por dólar para viajes e importaciones consideradas no esenciales, y otro de Bs. 3,35 para el resto de las transacciones”.
Esas primeras medidas no lograron superar el desequilibrio existente. “En abril de 1962, con el decreto 724, transfirió al tipo de cambio de 4,70 bolívares por dólar el 90% de las importaciones. Realizó una especie de unificación cambiaria y dejo solo un 10% al cambio de 3,30 para las importaciones que hacía el Ejecutivo”.
A partir de entonces, se logró el restablecimiento y el equilibrio en la balanza de pagos y el crecimiento de la economía. “En enero de 1964 se eliminó el control de cambio en Venezuela que estaba vigente desde 1960”.
La reactivación económica se mantuvo hasta la llegada de Luis Herrera Campins a quien se le debe el famoso Viernes Negro de 1983: creó el nuevo tipo de cambio y allí comenzó el grave problema de emisión de dinero inorgánico, inflación, devaluación y aumento de la deuda pública.
¿Dolarización?
La economía del país está dolarizada solo en un sector, en el que se aplica el dólar paralelo como referencia para la estimación de precios en algunos productos que no son regulados. Pero, el salario de los venezolanos sigue siendo el mismo y en bolívares.
Según Peña Javitt es difícil que el Gobierno se oriente hacia una dolarización general de la economía, tanto para ingresos como para gastos, porque aunque la inflación seguramente disminuirá el Ejecutivo tendrá que gastar lo mismo o menos del dinero que le ingresará.
“En estos momentos se gasta más de lo que ingresa porque se apela a la emisión de dinero en la Casa de Moneda de Maracay; en una economía dolarizada eso no se puede hacer, porque la máquina de hacer esas divisas está en Estados Unidos. En el país las condiciones no están dadas para ese proceso”.
Con una dolarización, el Gobierno tendría que incrementar las exportaciones para poder recibir más divisas e incrementar las reservas. Sin embargo, otros especialistas y representantes de distintos gremios del sector económico, consideran que un proceso de dolarización sería favorable.
La salida se centra en un cambio de modelo económico.