• No es una calumnia de esta columna decir que llegaremos a donde tenemos que llegar si continuamos por el camino donde andamos
• En Venezuela ya casi somos una especie de Estado Islámico donde se arrasa con todo
• Con el aumento del 50% los educadores estarán podridos de billetes bien podridos
• Lo peor que le puede suceder a uno hoy en día, es que busque su celular, no lo encuentre, y no lo pueda llamar porque lo había silenciado. La tembladera será de silencio sepulcral
• Los amigos de lo ajeno se parecen cada día más a la inflación: van en aumento
• Al ser humano le es fácil comportarse mal porque goza para ello de puerta franca. La de portarse bien cuesta un poquito al ser deportón chiquito
• Jesús pagó por nuestras culpas pero lo seguimos endeudando
• Ciertamente, el mal comportamiento (sobre todo en la noche) invita y quien termina pagando es uno
• Muchos son los llamados pero escogen hacerse los sordos. Y no hay peor sordo que quien no quiere ver eso
• Ya quisiera Corpoelec tener el gran poder de Dios para sí. No habría Guri alguno que represar
• Uno siente que algo huele mal ¡Uff! y no es por falta de desodorante. Nos lo dice la bolita
• Que los ni-ni no hayan votado en las primarias de la MUD no debería ni sorprendernos.¡Cómo van a votar si nunca lo harían ni por ellos mismos!
• “Todo pasa por una razón”. Es la justificación que muy a menudo le encontramos a cada cosa. La razón más apropiada reposa en la sin razón
• Como las razones del psiquiatra Jorge Rodríguez que son para volverse loco. El personaje encuentra siempre mil y una razón para “psiquitrillar” a la oposición
• Visto lo anterior, el gobierno debería dejarse de rodeos y decretar -de una vez y para siempre- y para que aparezca en gaceta, que todo lo malo que hoy sufrimos, viene del sector opositor, de la MUD, y sus golpistas recetas. Y así, el pueblo ¡al fin! sabrá a quien culpar por las colas, la escasez, la inseguridad, la inflación, la falta de agua, la abundancia de Sol, o la oscuridad de la noche, que sin reproches tenemos, o el que Ud. y yo no nos hablemos
• Cuando uno llega a la “edad cierta”( para ser más exactos), y no decir con eufemismo “a cierta edad”( como si estuviéramos ocultando algo) ya no hay necesidad de evitar las tentaciones porque son ellas las que lo evitan a uno. Ahí comienza uno a levitar
• Antes la gente sufría de insomnio y no encontraba qué hacer. Llegó el internet y ¡zas! lo resolvió. Ahora la gente disfruta de lo lindo de su insomnio aunque al siguiente día cargue los ojos como dos huevos fritos. Yo, en lo particular, no me irrito. Sigo con mi romana antigua: acostándome con las gallinas y levantándome con el cantar del gallo. Y ahora más porque, de agua clara, uno anda fallo. Ya para despedirme, tenga presente que al que madruga Dios le ayuda pero también le pueden asaltar. Y Dios quiere que Ud. también se ayude porque él no se da abasto atendiendo a los que a esa hora ya hacen cola en los supermercados
@Parafraseos