Ayer, Alfredo Maneiro hablaba en las aulas de la UCV y en los talleres de Obreros de Guayana de la hoz y el martillo para la producción agroindustrial, de antimonopolio, de antihegemonía, nacionalismo, libertad de pensamiento y liberación de los pueblos.
Hoy el Poder Constituido habla a su nombre de milicias obreras empuñando fusiles rusos para matar al «enemigo interno»; inunda con un pensamiento único carbureado; atosiga de una necrofilia mediática-mitificante necesaria para sobrevivencia partidista; concerta empresas petroleras con el capitalismo extranjero; aumenta la deuda eterna, la devaluación del bolívar; empeña el oro; garantiza al monopolio “Maneiro” la compra y venta de papel; y la degradante corrupción chaviburguesa importadora y burocrática no tiene contraloría. Amén del responso de los muertos y de la quiebra progresiva de las empresas productivas de Guayana incluyendo la de la electricidad y la del oro.
La Liberación y Autonomía de los pueblos instrumentando el condicionamiento clásico de Iván Pavlov (1927) y el condicionamiento operante de Skinner (1938) con sacos cargados de dinero inorgánico hicieron derecho constitucional la perpetuidad en el poder de un partido socioburgués, destructor de la producción nacional, importador desnacionalizador y generador de un odio clasista encubierto.
Los pueblos hambrientos son domesticados por el opresor y hoy se recrean alienados en la dictadura constitucional plutocráticamente dolarizada.
La VERDAD DEL IMPULSO clarifica la mentira Goebbeliana mil veces repetida por los bolivarizados sofistas del régimen. Los que se sentían oprimidos ayer, son los represores de hoy… pero los pueblos progresan no importa sus gobernantes políticos, militares, económicos y religiosos.