El problema de gas doméstico se agudiza en la zona norte de Barquisimeto, así como en otros sectores de Iribarren, y debido al desespero de decenas de familias que no cuentan con este recurso para cocinar los alimentos se han visto en la imperiosa necesidad de salir a protestar cerrando la Intercomunal Barquisimeto-Duaca, concretamente a la altura de San Jacinto.
Cuentan los afectados que en esa extensa comunidad existen al menos tres ventas de bombonas de gas, específicamente en bodeguitas, pero de nada sirve puesto que las casas continúan sin una bombonita, ya que desde la planta no les surten con regularidad este servicio tan necesario para las amas de casa.
“Vivimos sobresaltados cada vez que pensamos en que se nos terminará el gas, porque desde ese momento inicia nuestro tormentoso calvario de no saber dónde, cómo y quién lo traerá a la casa”, comentó Francisca Gallardo.
Indicó que como ella, muchas mujeres del sector han aprendido a administrar muy bien este producto para estirarlo hasta más no poder cocinando menos, aunque irremediablemente se acaba en el momento menos inesperado.
Lamentó cómo han cambiado la cosas en este país, pero no para bien, sino para entorpecerle la existencia a la gente.
Comparó que hace más de quince años si bien las familias de San Jacinto y de cualquier otra zona de Lara tenían diversos problemas, no afrontaban ninguna preocupación a la hora de quedar sin gas porque no faltaba un camión que los llevara hasta la puerta de sus casas. Ahora, no contar con este servicio se convirtió en una de las principales mortificaciones para todos.
Poca oferta para la demanda
Un vendedor al detal de gas en la zona, quien pidió resguardo para su identidad, informó que a él le distribuyen dos días a la semana ochenta bombonas de 10 kilogramos, las cuales actualmente son insuficientes porque el número de familias se ha incrementado en los últimos años.
Especificó que el camión llega los martes y viernes a su local, y apenas las personas del lugar observan estacionar la unidad de carga se aglomeran para comprar en ese mismo momento, cuyo producto se acaba en un abrir y cerrar de ojos.
Manifestó que cada cilindro tiene precio al público de cinco bolívares y él le gana apenas dos bolívares por la venta cada una.
Precisó que en virtud de la poca cantidad de gas que dejan en la zona, las protestas realizadas en la Intercomunal han surtido sus efectos positivos.
A raíz de estas acciones de calle le subieron de ochenta a doscientas el suministro de bombonas, ciento viente más, no obstante, siguen faltando, recalcó.
Este vendedor, en nombre del resto de quienes en el sector se dedican a adquirir el producto para ponerlo en las manos de las familias, hizo un llamado para que la empresa de gas incremente más días a la semana para el envío de bombonas.
Esta persona presume que la escasez de gas en Lara radica en una cantidad de inescrupulosos que se están dedicando al desvío de este producto para venderlo hasta en doscientos bolívares, cuando su precio real es de cinco bolívares.
También exhortó a la Superintendencia Nacional para la Defensa de los Derechos Socioeconómicos a que sea más vigilante y sancione a quienes especulan con este servicio, jugando con la necesidad de la gente.