Los que nacimos en el campo venezolano y migramos hacia las ciudades para buscar desarrollo personal y mejores condiciones de vida, sabemos que en Venezuela coexisten dos realidades perfectamente diferenciadas, la de las capitales y las del resto del país. Para muestra solo necesitamos un hecho: en estos momentos cuando recrudece la crisis eléctrica y los apagones son constantes en toda la geografía nacional, nuevamente el gobierno sacrificará a las regiones para mantener a la vitrina, Caracas, con una imagen de normalidad, donde no hay racionamiento eléctrico. En un país con las inmensas posibilidades económicas como el nuestro nadie debería pasar penurias, ni en Caracas ni en ninguna parte.
No solo la crisis eléctrica afecta a las regiones, son muchos los problemas que aquejan a la gente en la provincia. En esta oportunidad me referiré a El Rastro, pequeño caserío perteneciente al Municipio Miranda del Estado Guárico, con una población cercana a 4 mil habitantes. La ultima vez que contó con la visita de personajes encumbrados del gobierno fue el 22 de mayo de 2012, cuando mediante una transmisión televisiva, el entonces Presidente de la Republica, Hugo Chávez, procedió a inaugurar el matadero industrial que atendería las necesidades cárnicas de Calabozo, Guardatinajas y El Rastro, que además disminuiría el desempleo en la zona. Al culminar la transmisión, los funcionarios descolgaron de los ganchos la carne que habían llevado para el programa y salieron del pueblo con ella. Desde entonces, nunca más se ha sabido de reses, de carne, ni de las personas que iban a poner operativo el matadero.
El Rastro es un gran productor de mangos, por ello se promovió la instalación, en el pueblo, de una planta despulpadora de frutas que podría haber sido una alternativa para Venezuela de economizar divisas al no tener que traerlas desde el exterior y para la gente de El Rastro, un paliativo al desempleo. De los sesenta cooperativistas que iniciaron el proyecto, solo quedan cinco porque no les compran su producto. Sin embargo, cuando visitan los centros de acopio del gobierno observan la gran cantidad de toneles de pulpa de mango importada de Argentina y Uruguay.
Además de lo referido, El Rastro no posee un sistema de aguas residuales y es paradójico que estando al lado de la represa de Calabozo, tiene severos problemas de agua potable. Esta es la realidad de nuestros pueblos y caseríos, mientras esto ocurre, nosotros regalamos recursos al exterior todos los días, como si todos nuestros problemas estuvieran resueltos: ¡Claridad para el extranjero y oscuridad para Venezuela!
*Coordinador Nacional de “Gente” Generación Independiente
@alvareznv