Jhonny Rafael Sánchez Arévalo, de 36 años, salió temprano de su casa en El Cují, como todos los días a trabajar, en un Ruta 17, de color rojo, con el cual se ganaba la vida desde hacía años.
Ayer, cuando iba junto al colector y varios pasajeros por la entrada de El Jebe, hacia El Cují, dos sujetos se alzaron y dijeron que se trataba de un robo. Sacaron un arma de fuego y desviaron al conductor hacia la avenida Circunvalación a la altura de La Tomatera. En el trayecto despojaron de sus pertenencias a los usuarios.
De repente, Sánchez Arévalo, conocido como El Cachetón, frenó fuertemente, lo que hizo que uno de los delincuentes perdiera el equilibrio y se cayera. Se molestó mucho, se levantó y apuntó al chofer en la región frontal y le disparó sin mediar palabras y con alevosía. Al parecer el hampón creyó que lo había hecho con intención.
Posteriormente, los dos sujetos se bajaron y se dieron a la fuga. El colector tomó el volante y se fue hasta la Emergencia del Hospital Central Antonio María Pineda a donde ingresaron a la víctima sin signos vitales.
Cansados
La voz se comenzó a correr y los conductores comenzaron a acercarse al hospital, donde se reunieron y en voz de Giovnny Peroza, secretario del Sindicato Automotor de Lara, aseguraron que paralizarían las actividades en el área metropolitana en rechazo a los actos delictivos de los que son víctimas.
“A diario nos roban entre ocho y 10 unidades en diferentes sectores. Este es el segundo chofer que nos matan este mes”, dijo con voz enfática.
Aseguró que se han hecho más de 300 reuniones con los diferentes organismos de seguridad y no han tenido resultados positivos.
“Estamos a merced de la delincuencia, nadie quiere ejercer este oficio que se ha vuelto muy inseguro: matan a choferes y colectores, roban a los usuarios y nadie hace nada”.
Según él, el nuevo modo de operación es que se montan, anuncian el robo y después los llevan hasta una zona montañosa donde cometen la fechoría”.
Luego de las declaraciones, los transportistas decidieron trancar la avenida Andrés Bello donde bajaron a los usuarios y enardecidos por lo ocurrido, atravesaron a lo largo y ancho las unidades de transporte público.
Trabajador
Flor Arévalo, madre de la víctima, se acercó hasta la morgue del Hcamp, donde indicó que era el menor de sus dos hijos y aunque no dejó descendencia, lo calificó como un buen hombre, trabajador y alegre.