Parece mentira que el papel se haya vuelto una crisis en el país, pero es que en este régimen todo es mentira, desde su legitimidad hasta sus promesas al pueblo. No podía faltarle al papel un papel protagónico en esta gran mentira.
El papel es comunicación. Es la materia prima de la prensa escrita para informar, denunciar, alertar, servir a la ciudadanía. En un régimen tiránico, oscurantista y retrógrado, el papel impreso que dice la verdad es una amenaza.
De ahí la mordaza impuesta al negarse a suministrarlo a diarios como EL IMPULSO -entre otros muy importantes- porque es honesto y valiente en mantener su línea editorial sin callar la verdad, sin someterse a censura externa o interna. Saldrá adelante: ¡son muchos años de probidad y audacia para silenciarlo!