“Debo comprar entre ocho y 10 botellones de agua semanales, cada uno cuesta 60 bolívares, tengo dos hijos y el que trabaja es mi esposo como avance de un rapidito», esta es la historia de Aracelys Méndez, habitante de la avenida Páez, al sur de Barquisimeto.
Ayer, desde las 5:30 a.m., junto a otro grupo de habitantes de El Sifón, Avenida Páez y Macuto, protestaron cerrando la vía del puente Macuto, el cual comunica a Barquisimeto con la zona sur.
«Tenemos una planta de tratamiento a cuadra y media, pero no nos surte sino a Las Cumbres y Las Lomas que son los que tienen plata», aseguró la mujer.
Según ella, más de 400 familias se ven afectadas por la falta del suministro de agua potable, ya que desde hace dos meses no les llega con regularidad y deben ingeniarselas para poder cocinar, asearse y cualquier otra actividad.
“Los muchachos no han vuelto a la escuela, porque no tienen como ir al baño y hay mucha contaminación”, dijo María Colmenares, quien vive en el sector Los Molinos. “Salimos a buscar agua en la quebrada de Tarabana para poder subsistir, porque yo no tengo como comprar un botellón de agua”, comentó la mujer de 68 años de edad, quien vive con otras seis personas.
“En estos días llegó un poco de agua contaminada, llena de patas de cucarachas, ¿eso es justo?”, se preguntó Eukary González, quien hizo un llamado al gobernador Henri Falcón para que se acerque hasta el lugar y les ayude a buscar una solución al problema.
A la protesta se apersonaron los funcionarios de Polilara y del Destacamento de Seguridad Urbana (Desur) de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB), quienes intentaron mediar para abrir el paso, el cual, pasadas las nueve de la mañana, permanecía cerrado, a pesar de haber llegado una cuadrilla de Hidrolara.
La ingeniero encargada de la comisión les explicó la problemática que han presentado con algunos tanques por lo que les pidió la mayor colaboración posible, a fin de reabrir el paso y permitirle el libre acceso a quienes hacen vida en el sector.