En mi labor de periodista ciudadano en Lara la mayoría de las denuncias que recibo están relacionadas con falta de agua o problemas de cloacas.
Lo más grave para mí nos es que existan problemas con tuberías de aguas dañadas o escasez del vital líquido sino que tarden meses en resolver cada reporte. Parece que en Hidrolara son sordos y ciegos. No escuchan las denuncias de mi gente y se niegan a ver las terrible imágenes que publicamos por esta vía.
En Barrio Unión, una abuela declaró su preocupación porque cuida a sus nietos en su casa y en frente corren aguas negras desde hace un mes. Ya hizo el reporte a la hidrológica y nada que resuelven el delicado problema. Desde Cabudare, Pastor Liscano asegura que una sola cuadrilla atiende en Palavecino. Mientras que a mi amiga de Barrio Unión también le dijeron en Hidrolara que no hay cuadrillas suficientes. En la urbanización del Este en noviembre presentaron un problema de cloacas, Hidrolara comenzó a reparar y como llegó el asueto de Navidad dejaron la obra sin terminar y retomaron su trabajo después del 15 de enero.
Un bote de aguas negras no debe esperar. Ponemos en riesgo la salud de los larenses cuando los exponemos a respirar aguas pestilentas.
De paso, después que solventan los problemas de cloacas dejan las vías destruídas y no se responsabilizan por los daños.
En 23 de enero tienen exactamente un año con las calles destrozadas. En la urbanización del Este van para 4 meses, en Prados del Norte 2 también tienen años esperando por asfalto, y así seguro mi lista se hace interminable.
Con la salud no se juega gobernador Henri Falcón.