Uno de los principales medios usados en el financiamiento del desarrollo de los países emergentes, es la captación de inversión externa privada. No solo cumple un importante papel en la formación de capital, sino que constituye un procedimiento valioso en la transferencia de tecnología, generación de capacidad gerencial e inclusión en redes globales de comercialización. En el creciente proceso de globalización financiera, las decisiones que se toman acerca de los destinos hacia los cuales fluirán estos fondos, están condicionados por las interpretaciones que se realizan en un entorno signado por los correspondientes análisis de riesgo. Sobre él se fundamentan las decisiones financieras y los proyectos de inversión.
De acuerdo a los reportes publicados a lo largo de los últimos meses por diferentes organizaciones internacionales, los pronósticos de crecimiento de la economía mundial han tendido a la baja: 3,5% en 2015 y 3,7% en 2016 (FMI: Perspectivas Económicas Globales-Enero 2015). Esto genera encarecimiento y escasez en los créditos internacionales, por lo que los potenciales inversionistas serán cada vez más selectivos respecto de aquellos mercados que consideren más seguros. En este escenario,los países emergentes y en desarrollo tendrán que atravesar un periodo complicado que repercutirá en la desaceleración de la inversión internacional y la disminución del crecimiento potencial.
El Riesgo País
El riesgo país es un concepto que requiere de un análisis amplio que involucra diferentes aspectos. Generalmente está referido al riesgo de impago de la deuda externa soberana y el riesgo político implícito. Se ha convertido en un elemento operacional importante, puesto que suministra información que permite a gobiernos, banqueros, inversionistas, exportadores, etc. tomar decisiones financieras y de inversión, respecto de la evolución económica y política de sus potenciales mercados externos
Entre los indicadores utilizados para medir el riesgo país, el EMBI+ (EmerginMarkets Bonds Index)es uno de los más utilizados.
Se trata de un índice creado por J.P. Morgan Chase & Co., que mide el riesgo de invertir en un país determinado. Para ello, se compara la tasa de interés que debe pagar el bono denominado en dólares emitido por un país emergente, respecto del bono emitido por el Tesoro de los Estados Unidos, el cual es considerado por los especialistas, como el más seguro.
El diferencial obtenido, denominado spread, se expresa en puntos base (100 puntos son iguales a 1%). Si la calificación de riesgo es alta, se supone que la capacidad de ese país para honrar su deuda externa es menor, por tanto, se le exige una tasa de interés más elevada.
Agencias de calificación de riesgo como Standars&Poor´s,Fitch, Moddy´s,y publicaciones financieras como Euromoney, también elaboran indicadores que permiten calificar el riesgo crediticio.
Aunque el procedimiento de evaluación utilizado en la calificación de Riesgo País es diverso, generalmente los aspectos relacionados con el entorno financiero, macroeconómico, político y jurídico de un país, son prioritariamente considerados.
El Riesgo País en América Latina
La prima de riesgo de los países latinoamericanos ha venido variando en el último semestre, influenciada fundamentalmente por la caída de los precios del petróleo y de otras materias primas. Igualmente, desequilibrios macroeconómicos, políticos y sociales han influido negativamente. Ello hará más difícil cumplir con las obligaciones de pago de deuda externa, generando mayor incertidumbre.
Países como Venezuela, Ecuador, Argentina y Brasil, han venido registrando mayor nivel de riesgo de acuerdo al EMBI (ver cuadro)
De acuerdo con el indicador, Perú, México, Panamá, Uruguay y Colombia, destacan entre los países latinoamericanos, como los destinos más seguros para la colocación de inversión extranjera por reportar los índices de riesgo más bajos. Aunque Venezuela ha demostrado ser un seguro pagador de su deuda externa, los desequilibrios macroeconómicos registrados en el país (alta inflación, contracción económica, déficit fiscal, escasez, bajo nivel de reservas internacionales, control de cambios, etc.) junto a la inestabilidad política, siempre influirán en la calificación de riesgo país, que a pesar de constituir solo un indicador financiero, se ha convertido en un instrumento estratégico de gestión, determinante en la medición del clima de incertidumbre y las expectativas que se proyectan respecto de un país.