Jamaica fue su país de nacimiento. El reggae, su género musical. Y su legado artístico, uno de los más influyentes de la historia, al punto que la revista Rolling Stones lo ubicó en el puesto número 11 en la lista de los mejores artistas de todas las épocas. Bob Marley salió de las zonas más pobres y desfavorecidas de su ciudad, para llegar a inspirar con sus canciones a millones de personas en todo el mundo. 34 años después de su fallecimiento, muchos de sus ideales permaneces vigentes.
Robert Nesta “Bob” Marley, nacido en 1945, fue el mayor exponente del reggae, una mezcla de jazz, rythm and blues, Calipso y ska. Temas como “No woman, no cry”, «Is this love» y “Redemption song” lo llevaron a la fama y hoy en día son clásicos del género. Por su parte, la BBC nombró “One love” como la canción del milenio anterior.
Marley fue también un filósofo, revolucionario y activista, que veía en la gente común la inspiración para su trabajo. Creía en la idea de que a través de la música, realmente se puede llevar la paz al mundo. Su impacto en la política de su país fue tan fuerte, que incluso fue víctima de un intento de asesinato.
Son muchos los reconocimientos que se han otorgado al cantante, posterior a su fallecimiento por causa del cáncer en 1981. En el 2001 recibió el premio Grammy a los logros de una carrera y la revista Time nombró su disco Exodus como Álbum del Milenio, en 1999. En abril de este año, el presidente estadounidense Barack Obama visitó la que fue casa de Bob Marley hasta su muerte, hoy convertida en museo.
Pero Marley no estaba tan interesado por los reconocimientos, como por romper barreras con su música; barreras de todo tipo, como los prejuicios, las injusticias, la discriminación. “Todo hombre tiene derecho a decidir su propio destino”, cantó en uno de sus temas. Actualmente y en muchas partes del mundo, esta frase mantiene su validez.