A través de varias protestas docentes y médicos han manifestado su descontento por los salarios pírricos que devengan mensualmente. Ambos gremios reconocen que sus profesiones son las peores pagadas del país, a pesar de la gran responsabilidad que tienen de formar a las nuevas generaciones y salvar vidas.
El abogado Domingo Salgado, especialista en Derecho Laboral, señala que el patrono de la administración pública, no ofrece una justa compensación a los trabajadores que han invertido en sus estudios y dedicado tiempo al crecimiento académico, lo cual resulta inaceptable no sólo para estos sectores, sino también para profesionales de otras áreas que se ven afectados por la misma situación.
“El sueldo de un operario, que no tiene estudios especiales, supera con creces el de un maestro, un galeno o un profesor universitario, esto es insólito” sostiene alarmado el experto.
Ante la angustiosa realidad, reconoce que el Gobierno está violentando el artículo n° 91 de la Constitución de la República de Venezuela, el cual expresa que el sueldo de un trabajador debe ser suficiente para vivir con dignidad y cubrir para sí y su familia las necesidades básicas materiales, sociales e intelectuales. Asimismo, la Ley Orgánica del Trabajo, que establece que las remuneraciones deben ser fijadas de acuerdo a la calidad y servicio prestado, la capacidad y formación educativa de los empleados.
Nuevas medidas
El sueldo del sector laboral más básico, no es digno para un profesional, señala Salgado al indicar que el ajuste del 30% fraccionado, (Bs. Bs.6.746 (20%) en mayo y Bs. 7.309 en julio (10%)), recientemente anunciado por el presidente Nicolás Maduro, con motivo del Día del Trabajador, dejó a muchos especialistas por debajo de esta escala y ni siquiera alcanza para adquirir la canasta alimentaria.
Asegura que el aumento no es la única medida para sustentar el ingreso de los trabajadores, por ende es hora que el Ejecutivo Nacional tome en cuenta otras soluciones que permitan aplacar los índices inflacionarios que en Venezuela aumentan aceleradamente.
Dice que los bajos incentivos, obligan a muchas personas a dedicarse al comercio informal, el bachaqueo u otros oficios que les permitan obtener ganancias extras para sobrevivir.
Afirma que el mismo escenario provoca la migración de estos profesionales a otros países, donde se les garantiza mejor pago por sus funciones.