Trazar con el buril del destino el futuro de Venezuela es la cosa más deprimente. Venezuela se desangra. Quienes trajinamos con la historia sabemos que este país atraviesa una etapa desastrosa. Ni en la guerra de independencia, ni en la Guerra Federal se derramaron tantas lágrimas y tanta sangre en las calles como en este tiempo que llamamos “el Nicolato”.
Ni la propaganda oficial vacía de realidad logra esconder el panorama del momento. Los diarios libres y las encuestadoras universitarias están revelando un cúmulo de cifras, que no a la muchedumbre asoleada en las colas de alimentos y medicinas, sino a la Venezuela pensante, la tiene desmoralizada.
El 90% de los jóvenes profesionales se han marchado. Pasan del millón los que ya se han ido. Un tercio de los profesores titulares de las universidades han pedido que los jubilen para buscar nuevos horizontes. 14.700 médicos han emigrado a otras latitudes. Antes del 2019 habrán abandonado Venezuela 20.000 especialistas entre los cuales se encuentran cardiólogos, de medicina oncológica y nuclear, cirujanos pediatras, radiólogos y anestesiólogos. Ya partieron al exterior 269 doctores en ciencias.
De los 48 bancos que existían en el 2005 quedan 17. El sector bursátil ha sido perseguido y encarcelado. El 60% de la producción de maíz para arepas y el 80% del arroz está en manos del Estado y por ello han comenzado a escasear estos productos. El 90% de los exportadores fueron eliminados. Han cerrado 200.000 empleadores y en el pasado año quebraron 74.600 empresas.
Los diarios han reducido sus páginas. Los hoteles pasan las de Caín para conseguir jabones y papel sanitario. De las 341 emisoras de radio que había en 1998 quedan 240 asediadas. De las 45 estaciones de televisión quedan 27 con programas de opinión vigilados. Han vuelto los apagones de electricidad en la provincia sin previo aviso, los cuales ya han causado miles de graves problemas en neveras, aires acondicionados, computadoras y toda clase electrodomésticos. 24.700 homicidios hubo en el 2014.
20.000 pacientes esperan por cirugías electivas en los 135 hospitales del país. La OEA alerta por el consumo de heroína en Venezuela. Las reservas internacionales se encuentran en el nivel más bajo en doce años, están en 18,9 millardos de dólares. Médicos de Barquisimeto protestaron por pagos pendientes y falta de suministros médicos. Es tal la crisis económica que desde hace meses el Banco Central de Venezuela no da cifras. El Club de Madrid con expresidentes de Asia, África, América y Europa exige al gobierno la liberación de los presos políticos. 3,85% cayó la producción de petróleo de Pdvsa en los últimos días.
Época de envilecimiento, abyección y barbarismo, codicia de gobernantes rateros, costumbres groseras, una industria suplente del petróleo que es el bachaqueo, país manejado por caprichos y mentiras. Si José Rafael Pocaterra viviera tendrían que escribir un segundo tomo de “Venezuela en la época de la decadencia”.