El pívot Pablo Machado, a sus 38 años de edad y tras una carrera de casi dos décadas entre LPB, NCAA y ligas de España, incluidos dos Mundiales FIBA (2002-2006) con la selección de mayores de Venezuela, dirá adiós de manera oficial al baloncesto activo, cuando sea objeto de un homenaje especial este domingo, en ocasión del primer juego de la serie entre Guaros de Lara (23-11) y Toros de Aragua (17-17), en el Domo Bolivariano de Barquisimeto.
Machado, quien decidió no uniformarse en la campaña 2015, es el único jugador perteneciente al quinteto actual que formó parte de la plantilla fundadora del equipo en su primer año como franquicia de la Liga Profesional de Baloncesto (LPB).
En 2003, el jugador que procedía de las filas de Cocodrilos de Caracas, tuvo su oportunidad con los Guaros.
Así, fue parte de los grupos que, guiados por Néstor Salazar, protagonizaron las finales de 2005 y 2006 y que concluyeron con el subcampeonato en ambas ocasiones.
No sólo vistió el dorsal 18 con el que se le vio jugar en sus más recientes campañas, sino que en su momento también utilizó el número 31.
Su único campeonato en LPB lo obtuvo cuando jugó a préstamo para Marinos de Anzoátegui –entonces de Oriente- en 2004. En el año 2008 fue cambiado a Gaiteros del Zulia por Luis Julio y Rafael Guevara, pero nunca llegó a uniformarse con los musicales por encontrarse en España y el cambio se revirtió. En 2011 jugó para Guaiqueríes de Margarita al ser cambiado por René Farías y Jackson Zapata.
De allí pasaría en 2012 a Bucaneros de La Guaira junto a Francisco Sanabria por Hernán Salcedo y la gerencia de Guaros lo trajo de vuelta junto al propio Sanabria, en cambio en el que entregó a Heberth Bayona. Machado ejerció como capitán del equipo antes de pasarle el testigo a Heissler Guillent.
En 2014, el espigado rebotero se incorporó de manera tardía a los entrenamientos de pretemporada porque sopesaba la idea del retiro.
La gerencia y el cuerpo técnico encabezado por Néstor “Ché” García logró convencerle de continuar y que pudiese despedirse en la cancha y el jugador logró colaborar en el retorno de la franquicia a los playoffs tras tres temporadas de ausencia, esta vez en el rol de reserva.
En su carrera universitaria, tras transferirse de Georgia Tech a Loyola Marymount en 1998, se graduó en 2001 de relaciones internacionales y terminó con promedio de 9.4 puntos y 6.4 rebotes en un total de 51 juegos (dos temporadas) con los Leones. De por vida encestó 553 puntos y tomó 394 rebotes en esa liga.
Su retiro le hace merecedor de un lugar especial en una generación dorada que dio alegrías a la organización en anteriores etapas y a la que pertenecieron jugadores aún activos como Diego Guevara, Hernán Salcedo o Kervis Ramírez y otros que ya dijeron adiós a los tabloncillos como Armando Becker, Carl Herrera, Johan Piñero o Cruz Salcedo.