Durante el XXVIII Seminario Anual del Grupo Jirahara, llevado a cabo en Barquisimeto este fin de semana, el sociólogo Luis Pedro España, profesor de la UCAB, junto a otros especialistas presentaron los resultados de la encuesta social de 2014: Estudio de Condiciones de Vida, realizada por la UCAB, UCV y Universidad Simón Bolívar, la cual reproduce una situación social distinta que inicia en 1998 hasta la fecha, desde la penúltima encuesta hace quince años que recogía otras realidades antes del ’98.
España indicó que sobre las condiciones de vida de los hogares venezolano el primer rasgo a señalar es que 48% tiene dificultades para satisfacer sus necesidades a causa de los ingresos, en lo que técnicamente se denomina pobreza coyuntural porque la situación de recesión social no ha tocado las características estructurales de los hogares.
El problema de dicho resultado pareciera determinar que la pobreza coyuntural no termina en 2015, sino que estará presente hasta el 2017, por la inacción del Gobierno en aplicar políticas públicas para cambiar esa realidad.
Advirtió de continuar la recesión social los hogares en pobreza coyuntural empezarán a tomar decisiones para adaptarse al nuevo de desajuste en los ingresos y lo primero que harán es reducir el consumo, de por sí acentuado con la escasez, lo que afectaría el área de alimentación y medicinas, poniendo en riesgo a niños y personas de la tercera edad.
Lo segundo en estos hogares sería la inasistencia escolar de jóvenes entre 15 y 16 años, quienes se insertarían en actividades laborales de forma precaria porque no cuentan con ninguna preparación, situación que inclusive pudiera alcanzar a las amas de casa, y los hogares quedarían solos en los sectores populares donde hay que cuidar niños, adultos mayores y personas con discapacidad que quedarán desatendidos.
Esta etapa es la que se denomina pobreza estructural, que además obliga a las personas a empeñar bienes para subsistir deteriorando más su calidad de vida, acotó.
Indicó que al momento de aplicar la encuesta la mayoría de ese 48% estaba en pobreza coyuntural, pero sino se aplican políticas públicas para compensarlos y políticas públicas de reanimación económica, esa pobreza se convertirá en estructural.
Precisó que el Gobierno podría revertir esta situación con planes que generan condiciones para la inversión privada y púbica y cesando la persecución al sector productor.
Puntualizó que otro resultado de la encuesta es el impacto comunicacional de las misiones, ya que solamente el 10%, equivalente aproximadamente a 2 millones 500 mil personas, del total de los venezolanos, se declara beneficiario de alguna misión social.
Expuso que según los encuestados, las dos misiones más importantes son Mercal, con 1 millón 900 mil personas beneficiadas, y Barrio Adentro, con 1 millón 700 mil personas, el resto de las misiones es poco representativa, como la Gran Misión Vivienda Venezuela, donde cerca de 300 mil personas dicen haber sido favorecidas.
Esgrimió que las misiones sociales no están sacando a nadie de la pobreza, sino creando una expectativa que puede tener un impacto político, fin último de estas misiones que nacieron, se mantuvieron y están muriendo.
Manifestó que si bien la encuesta está disponible en la página web de la Universidad Simón Bolívar y ha sido debatida en diversos foros, el Gobierno no ha dicho nada al respecto.
En otras oportunidades, el Instituto Nacional del Estadísticas salía a debatir cifras de estudios similares, pero en este momento no se ha tomado la molestia, adujo.
Dijo que cuando en cualquier país del mundo un grupo de universidades importantes revela una situación social deprimida el gobierno hace dos cosas: desmiente los resultados o anuncia que hace esfuerzos por revertir la situación. En el caso de Venezuela el Gobierno no ha hecho ninguna de las dos cosas, y ello pudiera ser razonable en el entendido que la recesión social es inocultable y no hay forma de rebatir cifras.
Por otro lado, pareciera que el Gobierno tiene poca sensibilidad por el bienestar de los venezolanos, y solo se preocupa por su instinto de supervivencia en el poder.
Marino González (Universidad Simón Bolívar), detalló que la encuesta comprende las áreas seguridad ciudadana, pobreza y misiones sociales; empleo, alimentación, salud, educación, pensiones, vivienda y servicios y vulnerabilidad ante amenazas naturales.
Explicó que se encuestaron 1.500 hogares, equivalente a 6 mil personas de todo el país.
Afirmó que el 80% de los venezolanos vive con miedo por la inseguridad en la calle; el 55% de ser agredido en casa; el 60% no reporta el delito porque no cree en los órganos policiales y el 70% piensa que no se aplicará justicia.
Respecto al empleo, el 60% de trabajadores no tiene relación definida de trabajo; al 80% no el alcanza el dinero para comprar alimentos y 11% reporta menos de dos comidas al día; 40% de niños entre 3 y 5 años no acude a la escuela; 17% de jóvenes de escasos recursos termina la educación media, y el 93% con mayores recursos si logra culminar.
El estudio también recoge un 50% de venezolanos sin seguro de salud, más del 60% de viviendas es autoconstruida en malas condiciones de habitabilidad y fallas de servicio y un 48% no posee pensión.
