Hoy celebramos el Día del Tarabajador, día para agradecer a Dios por tener salud para trabajar y para recibir reivindicaciones salariales.
Lastimosamente los trabajadores venezolanos no tenemos mucho que celebrar porque a la mayoría no nos alcanza nuestro salario para cubrir los gastos de nuestros hogares en esta economía inestable, marcada por la inflación y la escasez.
Seguir trabajando dignamente debe ser nuestra actitud ante la vida y ante nuestro país. Desde esta esquina deseo que el Gobierno nacional abra sus ojos y trate de estabilizar la economía, para que nos permita tener una vida digna con trabajos respetables. Trabajos alejados de la trampa, del bachaqueo, del narcotráfico y la delincuencia.
Ese es mi deseo en el día del trabajador venezolano: que este país se recupere y no trabajemos para comer sino para vivir dignamente.