No tenía hijos pero desde hace seis meses estaba casado. Desde entonces, Edwin José Almao Páez, de 30 años, acostumbraba a salir en las noches con su mujer a visitar a su suegra. El martes en la noche no fue la excepción a pesar de un apagón de luz que hubo en Agua Viva (municipio Palavecino).
Aproximadamente a las 7:00 p.m, se fue la luz. Había mucho calor y la pareja decidió salir de su casa ubicada en el sector Las Tunas de la zona, se montaron en la moto Huawin roja que compró en enero, pues la primera que tuvo se la robaron en diciembre de 2012.
Cuando iban por la bajada, en la avenida principal, a unos 300 metros del Centro de Diagnóstico Integral (CDI), los interceptaron unos sujetos, quienes, con un arma de fuego en la mano, les informaron que se trataba de un robo y debían bajarse. No se sabe si el hoy occiso puso resistencia pero inmediatamente le propinaron un disparo en la parte posterior izquierda de la intercostal delante de la esposa.
Su mujer comenzó a dar gritos, desesperada y nerviosa. Pedía auxilio, hasta que un señor pasó y lo llevó hasta el IDB de Barquisimeto, donde lo atendieron con la urgencia del caso. Pero el proyectil, a pesar de que tuvo entrada y salida, perforó órganos vitales.
Servicial
Eudy Almao, padre de la víctima, estaba claramente afectado por el asesinato del segundo de sus cuatro hijos. Comentó que “era muy servicial, ayudaba a todo el que necesitaba (…) es la primera vez que en la familia pasamos por un suceso de esta magnitud”.
Almao confía en los cuerpos de seguridad para que se haga justicia en el caso y den con el paradero de los asesinos. “Este dolor es tremendo. ¡No hay palabras para expresarlo!”
Edwin José Almao Páez trabajaba desde hace cinco años en A.G Cordero Repuestos, en la Zona Industrial I, donde hacía mantenimiento a inyectores y la parte de electricidad.
Los funcionarios del Eje de Homicidios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas de Lara, iniciaron las averiguaciones del caso.