El color amarillo de los brocales indica que está prohibido estacionar en esa área, sin embargo a los conductores barquisimetanos les cuesta acatar la norma. Basta con darse un paseo por la carrera 19, avenida Vargas o la misma Venezuela, para constatar que gran cantidad de vehículos acordonan a diario las zonas prohibidas, sin ningún tipo de vergüenza.
Dicha situación genera el caos vehicular, en particular en horas pico, cuando los canales de circulación se encuentran completamente obstruidos. En un mismo extremo se pueden visualizar más de siete carros y esto para la ciudadanía es un problema recurrente que no ha sido abordado correctamente por las autoridades.
Aferrados a la excusa de que en la ciudad son insuficientes los estacionamientos, los choferes con su conducta afirman que las calles son el mejor lugar para aparcar. Testigos de estas infracciones afirman que la mayoría de los puntos destacan por el tono amarillo, por las demarcaciones y señalizaciones instaladas por la municipalidad, pero todos los elementos son ignorados.
Aunque la prohibición está establecida en leyes, reglamentos y ordenanzas de tránsito, para el poder municipal y entes nacionales, ha sido difícil ejercer el control en este ámbito. Lo que más asombro causa es que los remolques, al igual que las sanciones, quedaron en un segundo plano.