Si se arma una hilera de billetes de 100 dólares con el ingreso percibido por el país durante los últimos 16 años, se puede recorrer la distancia que hay entre la Tierra y la Luna ocho veces.
Así lo ejemplifica gráficamente Orlando Zamora, exjefe de la División de Análisis de Riesgo Cambiario del Banco Central de Venezuela (BCV), en su investigación titulada Concentración de poder.
El analista financiero en conversación con EL IMPULSO, explicó que el Estado ha recibido más de dos billones de dólares ($2.015.438) en ingresos, principalmente por vía de exportaciones petroleras, recaudación tributaria y no tributaria, deuda externa, deuda interna en bonos públicos, deuda neta vigente con el Fondo Chino, bonos emitidos a través de la banca pública, entre otros indicadores.
A partir de esta cifra, calcula el volumen de egresos provenientes de tres vertientes de gastos, causa del colapso de un modelo político – económico estatista.
Gestión pública
De estos recursos, la gestión pública absorbió el 38% en forma consolidada (772 mil millones de dólares) para financiar 39 ministerios, cinco poderes públicos, cinco holdings y agencias; también en el costo de mantener a 2.700.000 empleados, 300.000 tercerizados y 2.600.000 jubilados.
Según su apreciación, el incremento del gasto público se produjo principalmente por la creación de nuevos ministerios y viceministerios, abultando aún más, la sobrepoblación de personal en los entes gubernamentales.
Importaciones
Durante este tiempo, el Estado creó un país dependiente de las importaciones, explica el analista, lo cual representa 25% de los recursos ingresados (505 mil millones de dólares).
Estas transacciones derivaron en delitos cambiarios tanto en el sector público como en el privado, con fuga de capitales de 177 mil millones de dólares (según datos IESA) y la sobrefacturación para obtener más divisas.
“Todo esto trastocó el funcionamiento del aparato económico que se redujo en un margen de 35% y 40%. Alteraron el normal funcionamiento de la economía.
Por eso, ahora no se consiguen productos, equipos, repuestos, alimentos, materias primas y se evidencia el deterioro de la producción local. Vivimos las consecuencias claras del fracaso de un modelo netamente artificial”.
Gestión Pdvsa, BCV y otros organismos
Según Zamora, lo más grave de este análisis se evidencia en la gestionó del 37% restante de los recursos (738 mil millones de dólares).
Este dinero fue administrado por Pdvsa, Ministerio de Finanzas, Fonden, BCV y Bandes, según información que recopiló el investigador en estos entes que administraron a su total discreción la cifra planteada.
Indicó que desde el 2004 se creó un sistema paralelo de fondos fuera de la Ley de Presupuesto, cuando se eximió a Pdvsa de venderle la totalidad de divisas al BCV.
En tal sentido, el analista señala, que la empresa estatal vende a su discreción la cantidad de dólares, relegando el rol protagónico del BCV en materia de manejo y reinversión de divisas. Sostiene que Pdvsa maneja más recursos que el propio Ministerio de Finanzas.
“Con este mecanismo, la petrolera se consolidó en una empresa de producción social y le dejó de vender al BCV 335 mil millones de dólares, segunda razón luego de las importaciones, que descalabró la política cambiaria.
La causa del fracaso está en crear un aparato económico paralelo. Pdvsa asume 270 empresas sociales que no sabemos si son rentables o no, con sucursales en cada ciudad latinoamericana y además construye siete refinerías fuera de Venezuela”.
Asimismo, subraya que Pdvsa manejó cuantiosas erogaciones para cumplir con los compromisos de cooperación con diversos países.
Perdimos una oportunidad histórica
El especialista explica que Venezuela perdió la base financiera para relanzar un modelo económico sostenible, puesto que no ahorró ni capitalizó los 884 mil millones de dólares de ingresos por vía petrolera desde hace 16 años.
Esta cifra es equivalente al 70,6% de la renta petrolera de 88 años. Mientras que los gobiernos anteriores desde Juan Vicente Gómez hasta Rafael Caldera han recibido el 29,4% restante.
Además cuestionó que con esa cantidad de recursos, el Estado no haya impulsado la producción nacional.
En cambio, explicó que este modelo ha generado escasez, inflación, devaluaciones constantes, inseguridad jurídica y un aparato económico con muchas dificultades para avanzar.
