Ver triunfar a uno de los nuestros más allá de las fronteras criollas, es una de esas cosas que nos hinchan el pecho de tanto orgullo, y verlo subirse a tablas extranjeras con tal destreza que en cuestión de minutos se hace merecedor de ovaciones de pie, es como una montaña rusa de emociones que nos hace recordar que en estas tierras el talento crece a orilla de carretera. Con ustedes, Enrique Guart, venezolano hasta la muerte, guaro sin titubeos y artista sin límites
Apenas tiene un año en Madrid y ya ha sentido en carne propia el afecto y respeto que suelen recibir los grandes actores, y es que a pesar del poco tiempo que lleva en tierras lejanas, ha logrado calar en el corazón de aquellos españoles que aman la movida teatral, esos que reconocen el talento y disfrutan de una buena obra. Desde allá, sus dotes histriónicos brillan con luz propia y lo ponen en las primeras posiciones de la tabla de “guaros con talento de exportación”, en un hombre digno de admiración que, sin temor a los cambios, un buen día decidió romper todo tipo de cadenas y volar lejos para crecer profesionalmente y convertirse en la mejor versión de sí mismo.
Simpático como él sólo y sincero hasta más no poder, se confiesa como un hombre dispuesto a aprender de todo, de esos que le mete el pecho a la vida y asume los retos como aprendizajes, de esos que sale de su zona de confort como actor y se adentra sin tapujos en áreas menos conocidas de las que siempre logra sacar provecho, áreas que, en armonía con sus estudios cinematográficos y su Diplomado en Interpretación, lo forjan como un artista mucho más integral para ayduarlo a subir al podio de los ganadores.
Así, entre noches de nostalgia en las que saborea en la distancia las recetas de su madre, días de ensayos en los que lucha sin descanso por parecerse cada vez más a su sueño de futuro, madrugadas desveladas en las que conversa de tú a tú con su venerada Divina Pastora y tardes de caminatas infinitas por esas calles madrileñas que lo abrazan como a uno más de los suyos, el carismático Enrique Guart hizo gala de su sencillez y compartió con nosotros sus más interesantes anécdotas en suelo extranjero, donde bien supo plantar el tricolor nacional.
No toda la culpa es de Yoko
Aquí, en su país, diferentes actuaciones y conducciones adornaron su hoja de vida y, como era de esperarse, allá, en la Madre Patria, los aciertos no se hicieron esperar. De hecho, se acaba de consagrar como un actor polifacético y capaz que, más allá de interpretar un personaje sobre las tablas aceptó el reto autoimpuesto de escribir una maravilla de obra llamada “No toda la culpa es de Yoko”, cuyo estreno fue su más reciente triunfo, ese gracias al cual hoy tiene el honor de ser blanco de interesantes comentarios y sentidas felicitaciones y que, además, tuvo el placer de disfrutar de la mano de la directora barquisimetana Mayelit Valera y la actriz española Irene Melguizo, a quien llama “uno de los regalos más grandes que me ha dado esta tierra”.
Aquí entre nos…
Cuando no estás sobre las tablas, ¿Qué haces?
Me encanta ir al cine o al teatro, y cada vez disfruto más ejercitarme al aire libre. Ahora me gusta mucho escribir, veo mucha televisión, buena, mala y de diferentes países. También me estoy dedicando a conocer España y las calles no tan turísticas de Madrid.
¿Qué nos puedes contar acerca de tus gustos culinarios?
Como de todo y me encanta probar cosas nuevas, cuando cocino también me gusta experimentar mucho y combinar sabores. He aprendido a preparar comida saludable pero sabrosa y es una de las cosas que más disfruto. Podría comer todos los días sushi y empanadas de pabellón, y soy adicto a los postres, en especial a los helados.
¿Qué hay del Enrique melómano?
Me gustan infinidad de ritmos, de hecho la música no la divido en géneros sino en la que me gusta y la que no me gusta.
¿Bailas?
Si, y creo que muy bien aunque no todos opinen igual (risas). Me ha tocado sacar adelante más de 6 musicales infantiles con un promedio de 4 coreografías cada uno, lo cual es algo que me cuesta pero que finalmente logro. Un buen merengue, en una boda, es uno de los bailes que más disfruto.
¿Qué es lo que más extrañas de Barquisimeto?
Sin duda, mi casa, mi familia, la procesión de la Divina Pastora y la pasta horneada que hace mi mamá
¿Qué sería lo primero que harías si vinieras a Venezuela?
Seguramente llegaría de sorpresa a casa de mis padres y luego iría a Santa Rosa.
¿Qué significa para ti la Divina Pastora?
Es una conexión muy especial, no sólo una conexión divina sino también con la paz, con mi ciudad y con mis raíces. A diario hablo con ella, tenemos línea directa, sólo me falta su whatsapp (risas). El 14 de enero es un día que significa mucho para mí, por la procesión y por poder conectarme con tantas personas con una energía tan bonita.
Entre obras e interpretaciones
-El aplauso va por dentro, 2008 (Venezuela)
-Bárbara y sus cachorros, 2009 – 2010 (Venezuela)
-Confesiones de ellas y ellos, 2009 (Venezuela)
-Hospital Central, 2009 (Venezuela)
-Secuéstrame Estocolmo, 2012 (Venezuela)
-¿Cómo Casarse con un Millonario?, 2013 (Venezuela)
-El Reino de Pipiripao, 2012 – 2013 (Venezuela)
-Magicus, 2012 – 2013 (Venezuela)
-Princesa de lobos y vampiros, 2013 (Venezuela)
-El Grinch, 2013 (Venezuela)
-La Habana sin tacones, 2013 (Venezuela)
-Corto Circuito, 2014 (Venezuela)
-Amores de barra, 2010 – 2014 (Venezuela)
-La Sauna, 2014 (España)
-Háblame de tú, 2014 (España)
-Mirando al tendido, 2015 (España)
-No toda la culpa es de Yoko, 2015 (España)
“De mi niñez recuerdo con nostalgia el patio del colegio San Vicente de Paúl y las visitas a casa de mi abuela, también que me gustaba muchísimo ver televisión y que estaba convencido que quería estar allí cuando estuviese grande”
“Desde que tengo uso de razón, este año fue la primera vez que no estuve en la procesión de la Divina Pastora. Sin duda. Fue un momento muy triste porque ese día significa mucho para mí”
Información:@enriqueguart