El miércoles 22 de abril Edwin Ramiro Noroña, de 22 años, salió de su casa ubicada en la calle 37 entre carreras 22 y 23, hacia la calle 46 con carrera 28, para buscar su carro, un Fiat Palio negro, cuatro puertas, que estaban reparando. La última vez que lo vieron fue a las cinco de la tarde saliendo del local junto a un empleado.
Su vehículo apareció la mañana del viernes en la carretera vieja de Carora, con el asiento del copiloto lleno de sangre y en su interior un bolso negro con blanco que no es de él, además le robaron al vehículo la batería y el reproductor.
Edgar Suárez, amigo del joven, comenta que vestía una bermuda negra y una franelilla blanca, zapatos deportivos. Comentó que el encargado del talle, le conseguiría con unas personas que roban vehículos la palanca del cambio de luces; su familia le encomendó que se cuidara. Dicho empleado según Suárez, reside en Pavia y alega que el joven lo dejó en la calle 42, pero les llama la atención que es más allá de esa vía que aparece el carro.
Noroña es ecuatoriano, hace año y medio se vino de su país y decidió quedarse. Vivía con unos tíos y primo y se mantenía con el dinero que le mandaban sus padres, y con eso mismo hace un mes compró su carro, estaba gestionando para estudiar Ingeniería Industrial, es el menor de tres hermanos.
Sus padres en Ecuador están desesperados y sus tíos han acudido a todos los centros asistenciales y no dan con él. Han llamado a su celular y está apagado. Guardan las esperanzas que pronto sea encontrado.
