A la una de la madrugada de ayer, la señora Elda Tamayo, de 71 años, escuchó unos ruidos al fondo de su vivienda. Despertó y comenzó a escuchar murmullos y pasos. De pronto los delincuentes prendieron todas las luces, revisaron los cuartos buscando cosas de valor y comenzaron a darle golpes a la reja que mantiene aislada la habitación de la pareja del patio de la casa.
A un lado de la dama estaba su esposo Jesús María Escalona, de 79 años de edad, quien estaba dormido. La señora trataba de que él no despertara para que no entrara en pánico. Comenzó a rezar todas las oraciones que se sabía; pedía a Dios que los protegiera.
“Fueron momentos de mucha angustia”, describió la dama, quien por fortuna tenía un teléfono celular a la mano y llamó a su sobrino y con una voz muy baja le dijo que dentro de la vivienda estaban unos maleantes que los tenían secuestrado, era la casa 32, ubicada en la avenida Fraternidad de Sanare, municipio Andrés Eloy Blanco.
De inmediato la familia entró en pánico y se comenzaron a comunicar. Uno de ellos llamó a Isidro Piña, prefecto del municipio. Se conoció que en el momento los efectivos de Polilara estaban activos en la calle, junto al prefecto, porque estaban en búsqueda de un delincuente.
Cinco uniformados y el prefecto Piña iban camino a la vivienda y se encontraron por la cancha Santa Ana a un señor quien iba corriendo desesperado. Se detuvieron y le preguntaron qué pasaba y les contó que a sus tíos lo tenían secuestrado. Como iban a la misma casa se lo llevaron para que señalara cuál era, relató Félix Escalona, hijo de la pareja.
Se dieron cuenta
Aparentemente eran siete sujetos los que llegaron a la vivienda. Dos de ellos conocidos como El Pitufo y El Mayita, estaban cuidando la zona. Alertaron a sus compinches pero escaparon, mientras dentro de la casa quedaron cinco.
Apenas llegó la Policía, la dama corrió rápido hacia la puerta y la abrió. Los uniformados lograron atrapar a tres en el patio y dos que ya estaban por saltar a otras casas, informó Luis Rodríguez, comandante de Polilara.
En total fueron cinco sujetos detenidos, entre ellos dos adolescentes de 16 y 17 años.
Los detenidos fueron identificados como Carlos Eduardo Vergara (21), Juan Luis Goyo Jiménez (19) y Cruz Félix Peña Arroyo (18), además de los dos menores. Les incautaron un arma de juguete.
Son reincidentes
El comandante de Polilara destacó que los detenidos pertenecen a la banda de El Pitufo que se encarga de robar residencias, escuelas y locales comerciales. Inclusive hace meses robaron seis bombonas de 42 kilos de la escuela Manuel Carreño. La banda está integrada por al menos doce personas.
Según informaciones policiales Goyo Jiménez, Peña Arroyo y el adolescente de 17 años, el 17 de marzo de este año fueron detenidos juntos por la Policía Municipal de Sanare, por el delito de hurto y a los dos días le dieron una medida cautelar de presentación de cada ocho días y ahora son agarrados nuevamente delinquiendo.
Segundo intento
Félix Escalona, hijo de la pareja, comenta que hace ocho días los mismos delincuentes entraron a la casa, pero estaba sola y según la señora Tamayo, se llevaron un juego de ollas de acero inoxidable, pinzas, un bolso grande y ropa entre otras cosas.
Escalona estima que ahora venían por más y que la meta de ellos era entrar a la casa. Da gracias a Dios que no lo hicieron y no lograron atacar a sus padres.
“En vista de ese primer robo, hicimos una reja que protegiera la parte de atrás del patio, la que debían instalar hoy (ayer), pero ellos se adelantaron y entraron precisamente por una parte descubierta de la terraza”, comentó Escalona.
También por ese robo la pareja que dormía hacia la parte de afuera se cambió de habitación y estaban protegidos por la reja que aísla la casa.
“La primera vez denunciamos ante la Guardia Nacional y Polilara y no hicieron caso, porque ya todas estas casas de la zona han sido robadas por esa banda, pero en esta oportunidad la Policía del estado se portó a la altura: lograron atrapar a los delincuentes, proteger la vida de mis padres y frustrar el robo”, destacó el hijo de los ancianos quien dijo sentirse muy agradecido con Polilara.