Son fieles a su lema: más que llamadas, salvan vidas. No tienen horario, tampoco mezquindad cuando de ayudar a otros se trata. 180 funcionarios que laboran en el Servicio de Emergencias Lara (SEL) 911, trabajan arduamente a diario, divididos en seis grupos a fin de servir de puente entre el ciudadano de a pie y los organismos de seguridad que necesitan.
Recientemente cumplieron 10 años de trabajo en la entidad larense, y lo celebran con actividades recreativas y deportivas, pero uno de sus logros más recientes es la reactivación de la brigada motorizada, luego de seis años de paralizada.
“Desde hace dos meses se comenzó con esa labor, donde cuatro motos se pusieron a disposición del colectivo, quienes se encargan de prestar una colaboración inmediata. Cinco minutos máximo es el tiempo estipulado para que los paramédicos lleguen al lugar desde donde se generó la solicitud”, explicó el director del SEL 911, Gabriel Escandón.
Desde hace un tiempo, el personal encargado de esta unidad se ha preparado con especialistas Protección Civil, cuentan con un equipo el cual contiene oxígeno, férulas inflables, collarines pediátricos y de adultos, equipo de reanimación, gasas, guantes, entre otros.
Cuando les pasan el reporte de una emergencia se van hasta el sitio a bordo de dos motos, quienes las manejan y dos paramédicos. La adrenalina les sube y hace hasta lo imposible por llegar cuanto antes, “apenas arribamos al lugar de los hechos, los estabilizamos y avisamos si es necesario el uso de ambulancias o no pero tratamos de solventar lo más rápido posible”, comenta Juan Colmenárez, agente del SEL quien junto a su compañero Luis González, han realizado una loable labor.
Se sienten satisfechos cuando ayudan a una persona, si es un niño o una persona de la tercera edad, su orgullo aumenta, “tenemos hora de llegada pero no de salida. Estamos en el centro, parte del este y del oeste y atendemos a unas 50 personas, semanalmente”, dice González.
Entre las experiencias que más recuerdan, está la oportunidad en que recibieron una llamada que un camión colisionó con un taxi, en el cual iba una jueza, sin saber de quien se trataba, le prestaron el servicio y la atendieron rápidamente.
También a sus memorias llega el momento en que agarraron a un pequeño que dejaron abandonado en un basurero. “Han sido muchos los casos pero lo mejor es cuando las personas reconocen el trabajo y eso hace que uno se sienta con ganas de seguir adelante”.
Actualmente, en proyecto se encuentra la entrega de seis nuevas motocicletas para un total de 10 a fin de prestar mayor colaboración a los ciudadanos de Barquisimeto y Cabudare.
Durante los días de pago de la pensión del seguro social, no se extrañe de ver a estos hombres sobre las motos, dando una vuelta por las colas que se hacen en las entidades bancarias, pues por las largas horas que pasan, pueden descompensarse o sufrir un desvarío en la tensión arterial por lo que de inmediato las atienden y prestan primeros auxilios.
La primera llamada de emergencia que recibieron en el SEL 911 en Lara, la recibió Liliana Rojas, quien tiene 10 años trabajando en la institución y en la actualidad se desempeña como supervisora.
“Estaba asustada. Teníamos tiempo practicando pero no habíamos recibido llamadas. Se trataba de un incendio de vegetación que posteriormente afectó a las personas que por ahí residen”, rememoró.
Luego, su alegría aumentó porque se dio cuenta de la ayuda que podía prestarle a los demás a través de su vocación. A lo largo de esta década han sido muchísimas las alegrías que ha tenido Rojas en su labor, “cuando hacemos enlace en persecuciones donde se han rescatado a niños que estaban secuestrados, por ejemplo”.