La politólogo Lelimar Narváez, explicó que a dos años del mandato de Nicolás Maduro conviene rememorar que el presidente asumió la presidencia de la República tras diversos cuestionamientos dirigidos hacia su legitimidad política durante sus primeros 100 días de gobierno.
Sin duda alguna, expuso, el mandato de Maduro está marcado por un escenario económico crítico, que a dos años de gobierno, sigue latente.
En definitiva, las políticas públicas de Nicolás Maduro arrojan un saldo negativo, sencillamente porque no ha sabido controlar la crisis económica, partiendo desde la creación de políticas públicas eficientes, de un instrumento jurídico que garantice estabilidad económica y del principio de garantía social que demanda el ciudadano, resaltó.
“Aun y cuando pudiera existir una disposición política, la toma de decisiones ha sido deficiente, por lo cual todo trabajo desarrollado en el ámbito de sus competencias está claramente marcado por la insatisfacción del ciudadano, quien cada día advierte que su capacidad económica está por debajo de sus aspiraciones sociales”.
Narváez añadió que el Gobierno ha dejado ver su poca capacidad para resolver problemas tan puntuales como la inseguridad.
“Se quedan en el enunciado de que se trata de un problema multifactorial, por lo cual no se vislumbran medidas contundentes”.
El Gobierno plantea un modelo educativo con nuevos esquemas de aprendizaje, sin embargo, la calidad sigue siendo deficiente y eso nos coloca en otro escenario: ciudadanos con menos oportunidades para desarrollarse lo que incide en una mano de obra con poca capacidad productiva para el desarrollo del país, en consecuencia, nos compromete internacional, económica y políticamente, reflexionó la docente.
Acotó que la excesiva deuda pública, tanto interna como externa, aleja un contexto positivo.
“Nos hemos ido acostumbrando a las dinámicas implantadas por las políticas deficientes, por lo cual somos pasivos ante las colas, la escasez, el desabastecimiento y la inseguridad. Hemos ignorado el poder que se tiene para exigirle al Gobierno mejor calidad de vida”.
Complaciente
Sobre si Henri Falcón asume o no posturas complacientes con el Gobierno, enfatizó que el mandatario ha sido una circunstancia en el marco de su vocería y actuación con motivo de los grandes eventos suscitados en Venezuela.
“Ciertamente es complaciente y con toda responsabilidad lo afirmo. Es un gobernador que ha sido complaciente en discurso y acciones. Es un político pasivo ante la crisis, a la cual nos ha llevado la dirección del Gobierno nacional y que solamente para él es percibida en un segundo plano y no como una realidad que exige posturas más firmes, no necesariamente radicales, posturas políticas que vayan más de la mano con la coalición política que representa (MUD)”.
La especialista valora la trascendencia del líder regional, incomparable a la de Capriles, López o María Corina Machado, con mayor presencia e influencia a escala nacional.
“Hay un reconocimiento de su imagen pero al vincularlo con el escenario nacional, sigue siendo muy pasivo y en el peor de los casos omite realidades, alejándose de una verdadera oposición y sus líneas centrales”.
En ese sentido, Falcón es visto como ese oxígeno que ha requerido el Gobierno como referencia de la oposición. Es percibido como el menos radical o el que confronta menos, analizó la politóloga.
“Falcón es esa oposición que necesita el Gobierno, que fue la oposición que necesitó Hugo Chávez en su momento, silente y complaciente ante temas muy álgidos”.