Por este viejo pensamiento y porque creo que Estados Unidos no va a invadir a Venezuela, aunque si a resguardar su seguridad financiera, su política interior y exterior y la defensa de los DDHH universales, al que le asiste todo su derecho, no podemos ser beligerante en la alharaca y bufonada del régimen madurista de recoger firmas contra Usted y su país, como parte del libreto para aglutinar solidaridad en sus simpatizantes, en algunos ingenuos venezolanos, y a todos aquellos que con coacción y represión obligan a estampar la rúbrica, y al perverso y delictual acto de hacer firmar a la niñez escolar. Derogar dicha “orden” sería una derrota política y contradictoria al conocimiento que tienen los organismos de “inteligencia y seguridad” de ese país de tales fechorías.
Voces de prestigiosos expresidentes, líderes políticos, intelectuales y analistas con credibilidad han esbozado y descrito la naturaleza del régimen bolivariano, y el caos al que han llevado a este país y a los venezolanos, vulnerando sistemáticamente sus derechos constitucionales. El Obispo de Barquisimeto, Antonio López Castillo, afirmó al respecto: “…la medida no fue contra Venezuela, si no contra esas personas que actuaron negativamente. A mí las medidas me parecen suaves. Creo que Barack Obama se demoró mucho en tomar esas decisiones”; igualmente el Arzobispo de Caracas, Cardenal Urosa Sabino, manifestó que “La dirección de la política del Gobierno, es un camino fracasado que no le conviene a Venezuela, y no le hace bien al pueblo”. Voces como estas tienen autoridad para expresar dichas afirmaciones con angustia y preocupación.
Siga asumiendo Usted Presidente Obama, la responsabilidad que le corresponde, y que los funcionarios acusados asuman la de ellos. Firmo con la convicción de que Estados Unidos no es una amenaza para Venezuela; los venezolanos estamos amenazados de ser sometidos y a quebrantar nuestra libertad de pensamiento por el régimen que nos desgobierna. Thanks you, Mister Obama, My friend…
Fernando Pérez Barrios