Tras conocerse que iniciaría la requisa de rutina en los calabozos, de la Policía Municipal, ubicada detrás del Complejo Ferial, los reos se alzaron y trataron de bloquear el paso a los funcionarios, así lo confirmó una fuente de este organismo de seguridad.
El procedimiento generó malestar entre los privados de libertad, quienes desde un principio se negaron a la revisión de las celdas, porque presuntamente les quitan la comida y parte de sus pertenencias.
Familiares que se encontraban en las afueras del recinto confirmaron que la tensión inició en horas de la tarde.
Se enteró por casualidad
Una dama que pasaba frente a la sede de la Comandancia Policial, escuchó gritos y varias detonaciones. De inmediato se acercó a preguntar por su hijo, al no recibir respuesta supuso que los uniformados estaban maltratando de nuevo a los reclusos.
A través de mensajes de texto se comunicó con los parientes de algunos reos. Enseguida llegaron a la sede angustiados y exigían saber sobre las condiciones en que se encontraban.
Un vocero que prefirió mantener el anonimato, dijo que horas antes, su hijo le había notificado, por medio de una llamada telefónica, que los policías habían lanzado bombas lacrimógenas y se estaban asfixiando.
Situación controlada
Después de varias horas una fiscal que se encontraba en el recinto, señaló que la situación estaba controlada. Le pidió calma a la multitud y se comprometió en realizar las investigaciones pertinentes.
Tres heridos
A las ocho y media de la noche, llegaron a la Emergencia del Hospital Central Antonio María Pineda, tres detenidos de la Policía Municipal, heridos. Uno de ellos en la frente, otro en el pie y un tercero con traqueotomía, presentaba signos de ahogo.