«El empresario es la persona que se mueve en un mundo incierto para que los que trabajan para él crean que ese mundo es seguro» Fernando Trías de Bes..
Existen auténticos emprendedores y falsos emprendedores. No, falsos en el sentido moral,en el sentido de que pretenden engañar a alguien, sino en el sentido de que están
engañándose a sí mismos.
Falsos emprendedores son aquellos que creen que ir al registro le da un carné de emprendedor. Emprender no es dar de alta una sociedad en el registro mercantil o independizarse de la empresa en la que uno trabaja. Esos son sólo trámites administrativos o legales, que permiten trabajar por cuenta propia en lugar de por cuenta ajena, estos son pasos necesarios pero no es emprender.
Emprender no es montar un negocio o un modo de trabajo.
En un segundo nivel, tenemos las personas que llaman «emprendedores idea feliz». Para estas personas una idea de negocio determinada, conseguir una franquicia, exportar o
importar en exclusiva una marca o producto determinado supone ya ser emprendedor Emprender es una forma de enfrentarse al mundo, es una manera de entender la vida con la que todo el mundo se siente a gusto. Esa forma de vida, es aquella en la que la persona disfruta con la incertidumbre y la inseguridad de qué pasará mañana. El verdadero emprendedor es aquel a quien lo incierto procura un especial placer.
Si ustedes son personas que no disfrutan con la incertidumbre, es que no son emprendedores.
Emprender es esa forma de vida y de encarar el mundo. Aceptar la incertidumbre como el principal de los ingredientes. Aún más, de hecho, la verdadera y única causante de que la acción emprendedora tenga sentido es la propia incertidumbre.
Jorge Wagensberg escribió: » La felicidad requiere que el futuro sea incierto». Pues el emprendedor, aún lo requiere más.
Un rasgo que caracteriza a los auténticos emprendedores es que no contemplan la posibilidad de fracaso. No es que estén ciegos o sean ilusos. Seguramente no lo son y sus
dosis de realismo son elevadas. Pero su ilusión puede más que todo ello.Fernando Trías de Bes, refiriéndose a un comentario que le hizo un empresario emocionado, repite: «Cuando emprendes de verdad, el fracaso no lo contemplas. Todo empieza con un sueño. Te imaginas un escenario que te emociona lo suficiente como para dejarte la vida para conseguirlo. Es como cuando te casas. En principio es para toda la vida.
Tiene un punto de locura, de inconsciencia. El fracaso no entra en los planes, ni tan siquiera se considera».
No pierdan el tiempo. Si ahora ya saben que nunca van a ser capaces de adaptarse a la incertidumbre, piensen si van a llevar a término el negocio que les ronda por la cabeza. No
piensen en sus ideas, analicen si les apetecerá que esta idea sea la que les traiga la incertidumbre a sus vidas.
Definitivamente,la persona con carácter emprendedor es aquella que ama la incertidumbre y el propio acto de emprender.