60 decibeles es el nivel permitido para escuchar música. Al exceder el volumen, el sonido deja de ser agradable y se convierte en un ruido fastidioso que perturba y causa daños irreparables en el humano, por ello quien exceda estos niveles, puede ser sancionado con una multa y hasta pagar con la cárcel si es necesario, según lo establecido en las leyes venezolanas.
El día de ayer se celebró el Día Mundial Contra la Contaminación Acústica, por ello entre los días viernes y sábado, funcionarios de la Guardia Nacional, del estado Lara, hicieron un operativo en Iribarren, Palavecino, Simón Planas, Jiménez, Morán y Torres, durante el cual lograron la retención de 53 vehículos que estaban incurriendo en el delito de perturbación de la tranquilidad, además 60 personas fueron puestas a orden del Ministerio Público por la misma causa.
El general Martín Maldonado Guerrero, indicó que a dichos ciudadanos se les están dando charlas sobre la contaminación sónica. Explica que de ahora en adelante dichos operativos se mantendrán en la calle todos los fines de semanas.
Asegura el general que la zona este de la ciudad es una donde fueron retenidos más vehículos, específicamente en el paseo Juan Guillermo Iribarren, lugar que se encuentra cerca de un centro de salud, en donde se perturba a las personas que allí se encuentran recluidas. 35 vehículos fueron sacados de las calles en Iribarren; el resto en los otros municipios ya mencionados.
Resaltó que en Lara ningún sitio está autorizado para que grupos de personas se reúnan con sus vehículos a escuchar música e ingerir licor y muchos menos a altas horas.
Sonómetro lo detecta
Un sonómetro es un aparato que solo tiene la Guardia Nacional y se encarga de medir los decibeles de la música.
Williams Guerrero, fiscal superior del estado Lara, indica que las sanciones y penas establecidas para este tipo de delito se encuentran en los artículos 506 y 507 del Código Orgánico Procesal Penal. Establecen penas entre 300 y 600 unidades tributarias, además de cárcel de tres a seis meses, dependiendo del caso.
Manifestó que por lo general los vehículos eran puestos a orden de su dependencia, los conductores son orientados, y se establecen sanciones a través de trabajos comunitarios, generalmente ofrecidos por el mismo infractor. Se busca es crear conciencia.
De la misma forma indicó que la perturbación a la tranquilidad no se debía nada más al alto volumen de la música de los carros, también está el de los vecinos, el ruido que puede generar un animal o trabajos de arreglos. Hasta ahora en Lara la Fiscalía tercera, la cual se encarga de las parroquias Tamaca, El Cují, Catedral y Santa Rosa, tiene 200 denuncias de este tipo, procesadas en los tribunales larenses, de las cuales 53, ya con sentencia condenatoria.
Detenciones arbitrarias
Conductores de los diversos vehículos coincidieron al decir que se encontraban comiendo en algunos establecimientos de la ciudad, cuando llegaron funcionarios pidiendo algunas personas que abrieran las maleteras de su vehículo y al constatar que tenían grandes cornetas se los llevaban. Pidieron respeto a las autoridades.
Al mismo tiempo otro grupo aceptó que estaban faltando, asegurando que no tenían conocimiento de los daños causados.