El Gobierno ha creado un escenario para el aumento de la gasolina, lo cual se demuestra con los números de una encuesta publicada por el Ejecutivo, la cual señala que el 62% de los venezolanos acepta el aumento del combustible. Desde esta perspectiva, tendría la oportunidad de incrementar el combustible sin mayor carga política.
Así lo consideró el economista Aníbal Peña Javitt, analista del tema petrolero, quien apuntó que si bien el referido sondeo muestra números positivos para el Gobierno, no es del todo confiable por sólo consultar a sectores de escasos recursos. Además, pareciera aplicarse el dicho popular: una mentira repetida mil veces termina convertida en verdad. Es decir, la gente creería que en realidad el incremento de la gasolina no afectará.
Dos grupos distintos
El economista comenta que las personas encuestadas para consultarles su posición sobre el aumento de la gasolina, fue escogida entre grupos de escasos recursos, quienes no poseen vehículos y se muestran indiferentes ante la medida, sin conocer que esta medida también incidirá en sus gastos diarios.
La encuesta por tanto, no sería muy fiable, sino que por el contrario intenta modificar la opinión pública de rechazo.
Criticó que con el subsidio del producto sólo se beneficie directamente a quienes tienen vehículo y por tanto, recursos suficientes. El subsidio es un monto que debería destinarse a proyectos sociales, basados en estudios socioeconómicos reales y administrados bajo la Unidad del Tesoro Nacional.
Sin embargo, señaló que estamos en el momento preciso para asumir esta decisión tardía, ya que representaría la posibilidad de obtener nuevos recursos a través de la gasolina y consecuente supresión del subsidio, con beneficios económicos para el país, siempre que se haga el uso correcto de dicho dinero y no se destine a cuentas como el Fondo de Desarrollo Nacional (Fonden), figura con la cual se violenta el principio de la Unidad del Tesoro.
Con este aumento, el Gobierno buscaría recuperar cerca de $ 11 mil millones que deja de percibir anualmente por el subsidio de la gasolina. Es de destacar que especialistas como Luis Oliveros, han señalado que en 2014 la pérdida fue próxima a los $ 3.1 millones y el presente año podría ascender a $ 3.8 millones.
Dichos cálculos se realizan en moneda extranjera como parámetro internacional y porque el monto representaría el gasto que dejaría de asumir la petrolera venezolana, aunque el ciudadano pague en bolívares.
Vale destacar que el costo de producir la gasolina de 91 octanos es de Bs.2,4 por litro pero se paga a Bs 0,070. En el caso de los 95 octanos, el costo es de Bs. 2,7 y se paga en Bs. 0,097.
A juicio de Peña Javitt, el aumento del combustible es una decisión en mora que podría traducirse en beneficios al Gobierno, ya que con los recursos obtenidos por esta vía se reduciría el déficit fiscal, que previo al descenso en el mercado petrolero era del 17% del Producto Interno Bruto (PIB), y con el actual valor será mayor al 20%.
Mientras más rápido se tome la decisión que ha demorado 17 años, menor será el impacto político.
Controlar la inflación
Semanas atrás representantes del Gobierno afirmaron que el aumento de la gasolina no incidiría en el valor final del producto o servicio. Declaraciones que cuestiona Peña Javitt, quien refiere que al aumentar el precio del combustible, será preciso controlar el aumento inflacionario, ya que esto impactará directamente en el costo del transporte de alimentos, rubro que registra un incremento inflacionario del 70%.
El traslado de las verduras del Valle de Quíbor a Barquisimeto sufriría un impacto en su estructura de costos. De contar con el sistema ferroviario, la transportación no dependería del valor del combustible.
De aumentar también el gasoil, el impacto podría ser mayor, ya que el costo se reflejaría en todos aquellos productos y servicios trasladados con maquinaria pesada.
Apuntó que es complejo estimar la variación inflacionaria que pueda representar el aumento de la gasolina, hasta tanto no se conozca el destino que tendrá el dinero que es actualmente dilapidado en la subvención del producto. Como medida, explicó que dicho monto puede ser empleado para equiparar el aumento del valor del transporte público.
Necesitan mayores ingresos
El Gobierno venezolano requiere de mayores ingresos para hacerle frente al déficit fiscal, que sin las medidas necesarias se profundiza cada vez más.
Debido a que no puede solicitar préstamos en el exterior, ya que eso representaría una importante tasa de intereses por ser Venezuela un país de alto riesgo de inversión, busca recursos a través de otros medios, como la gasolina.
Peña Javitt recordó que en los últimos años Petróleos de Venezuela (Pdvsa) ha presentado problemas de caja, por lo cual no han realizado las inversiones necesarias, ni incrementado la producción petrolera, que en 1998 era de 3.300.000 barriles diarios y actualmente, según su afirmación, es de apenas 2.800.000.
Cabe recordar que de cada $100, el país obtiene $96 por renta petrolera.
Si se concreta el aumento de la gasolina, probablemente este no sea tan elevado, debido a que el Gobierno busca cuidarse de cualquier impacto negativo en su imagen.
No obstante, cualquier incremento representaría una mayor entrada de ingresos, lo cual permitiría solucionar los problemas básicos de dinero en el país. El 2015, además, es un año electoral.
El aumento llegaría
El economista comentó que si bien la intención de aumento de gasolina se origina en la baja en los precios del petróleo, históricamente debió ocurrir en 1991, cuando Carlos Andrés Pérez propuso un programa de ajuste del precio del combustible, el cual iniciaría con Bs. 0,25 e incrementaría paulatinamente.
El antecedente de aumento tenía como objetivo solucionar el problema de déficit fiscal. Sin embargo, la propuesta fue rechazada.
En aquel momento el barril de petróleo tenía un valor de $20.
Allí reside la importancia de exigir que se haga el mejor uso de dichos recursos.
Apuntó que con el actual precio de la gasolina sólo se subsidia a vehículos de pequeño y gran octanaje. Además, se promueve el contrabando de extracción por la frontera.