Para recordar: “Miradme a mí, y sed salvos, todos los términos de la tierra; porque Yo Soy Dios, y no existe ningún otro” (Isaías 45:22).
Hace apenas unos días que salimos de la llamada “Semana Santa”, y perdonen nuestra impresión personal, pero notamos, que a pesar de los esfuerzos religiosos, estamos perdiendo de vista la razón de la muerte de Cristo en el cruz.
Decimos esto porque: En algunas casas o vehículos, colocaron música de diferentes géneros, a alto volumen; diversión con bebidas embriagantes al salir de vacaciones; aunque en algunos medios, cine y televisión hicieron algún esfuerzo similar, han aumentado los que no resaltan la vida y obra de Jesús.
Estos días, se centra nuestra atención en la “VII Cumbre de las Américas, 2015” y según informe21.com, “más de 600 personas de todo el hemisferio están listas para esta actividad”. Dicha Cumbre, se realizará en Panamá, donde se pudiera manejar un lema: “Prosperidad con equidad”. Y seguramente, entre otros aspectos, se oirán temas que afectan a la región, diferentes problemas y acuerdos; y cuesta mucho llegar a las soluciones humanas, ante tanta adversidad social.
Dado el párrafo anterior, se espera que en cada cumbre salga un “mesías”, o un grupo que arregle todos los problemas. Pero, lo del Mesías está solucionado, porque, el verdadero y esperado Mesías fue Jesús; quien ya vino por primera vez; el mismo que viene en una Segunda ocasión.
Por ello Cristo, antes de irse al cielo dijo: “Miradme a mí y sed salvos todos los términos de la tierra…”. Él sabía, para qué había venido: A vivir como uno de nosotros; vencer a su “archienemigo”: El diablo; vino a morir en la cruz del calvario y ofrecernos la Salvación, aunque muchos no lo reconocieron o lo reconozcan actualmente.
Debido a la multiplicación del pecado, maldad y problemas, discutidos en cualquier cumbre del mundo, es evidente que la tierra necesita a Dios como Salvador y por ello Cristo mencionó: “Como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado, para que todo el que crea en Él, “no se pierda” y tenga vida eterna”. (Juan 3:14,16).
En este sentido, Elena de White, señala: “En todas nuestras pruebas, tenemos un Ayudador que nunca nos falta. El no nos deja solos para que luchemos con la tentación, batallemos contra el mal, y seamos finalmente aplastados por las cargas y tristezas. Aunque ahora esté oculto para los ojos mortales, el oído de la fe puede oír su voz que dice: No temas; yo estoy contigo. Yo soy “el que vivo, y he sido muerto; y he aquí que vivo por siglos de siglos”… He soportado vuestras tristezas… conozco vuestras lágrimas; yo también he llorado… No penséis que estáis solitarios y desamparados. Aunque en la tierra vuestro dolor no toque cuerda sensible alguna en ningún corazón, miradme a mí, y vivid. (El Deseado de Todas las Gentes, p.446).
Por lo anterior, todos podemos participar en la cumbre Universal que se realizará en la Patria celestial; luchando por la salvación espiritual del planeta y ayudando a otros a mirar a Jesús como la única solución de nuestros problemas. Desde hace mucho tiempo, ¡Se está haciendo el llamado, para participar de esta maravillosa Cumbre! Porque a diferencia de las terrenales, todos podemos obtener la ofrecida “corona de la vida”, que será colocada en nuestras cabezas (Apocalipsis 2:10).
www.ventanabiertalmundo.com