Ayer, tras un recorrido por diversas parroquias del estado Lara se constató que una gran cantidad de personas acudió masivamente a la misa solemne para conmemorar la Resurrección de Jesús.
Se trata de la celebración más importante para los católicos en todo el mundo.
En la iglesia Santa Eduviges de Cabudare, reinó un ambiente lleno de alegría, entusiasmo, espiritualidad y devoción entre los presentes, los cuales acudieron en su mayoría en familia.
Desde los más grandes hasta los más pequeños se mostraron felices al ser partícipes en esta especial homilía en honor al hijo de Dios. Los aplausos, cantos y alabanzas no cesaron a lo largo de la misa.
Héctor Cárdenas, párroco de esta iglesia, explicó que el Domingo de Resurrección es de suma importancia para los cristianos porque se conmemora la base, el fundamento de la fe.
“San Pablo así lo decía: Si Cristo no hubiese resucitado vana sería nuestra fe y vana sería nuestra predicación. Y esa fe es la que nos lleva a pensar siempre con esperanza, con optimismo y con deseos de superación”, dijo.
Recordó que Cristo se sometió al más profundo dolor dando su vida para lograr la eternidad de su pueblo. Triunfó sobre la muerte y con ello abrió las puertas del cielo para toda su gente.
“Por ello, cuando se celebra la Resurrección de Cristo, estamos celebrando también nuestra propia liberación. Celebramos la derrota del pecado y de la muerte, y damos paso a luz que guiará nuestro camino de la mano de Dios, nuestro Señor”.
Durante esta eucaristía, se efectúa la lectura del evangelio de la Resurrección, el cual destaca que el sepulcro donde se encontraba Jesús estaba vacío.
Cárdenas, hizo énfasis en que el pueblo debe dejar de buscar al Cristo muerto, porque Él ha resucitado, está vivo y glorioso, dispuesto a ayudar en todo momento a su pueblo.
“Su amor es infinito e incondicional, los fieles deben recordarlo siempre. Jesús se mantiene vivo en cada uno de nuestros corazones y debemos alimentar constantemente nuestra fe, mediante la oración, el perdón hacia el prójimo y las buenas acciones, sobre todo en estos tiempos tan difíciles que atraviesa el mundo entero”.
Asimismo, destacó la necesidad de rescatar la hermandad, el diálogo y el entendimiento entre los ciudadanos. Insistió en que deben dejarse a un lado los odios, los rencores y los conflictos.
“Dios, nuestro Señor y Jesús, su hijo, no quiere ver a su pueblo enfrentado, destruido y lleno de ambición. El amor, la comprensión, la paz y la tolerancia debe reinar en cada uno de nosotros”.