La comunidad internacional no debe quedarse callada ni inerte frente a los crímenes que sufren los cristianos en el mundo, declaró el lunes el papa Francisco en la bendición de Pascua.
«Deseo que la comunidad internacional no asista muda e inerte a tales crímenes inaceptables», dijo el papa Francisco ante miles de fieles congregados en la Plaza San Pedro del Vaticano.
Esos crímenes «constituyen una deriva preocupante de los derechos humanos más básicos», dijo Francisco.
«Deseo realmente que la comunidad internacional no mire para otro lados», agregó el papa. Francisco exhortó a rezar pero también a gestos concretos para ayudar a la «defensa y la protección de nuestros hermanos y hermanas, perseguidos, exiliados, asesinados, decapitados por el único hecho de ser cristianos».