Este jueves santo se cumplen 10 años de la desaparición física de San Juan Pablo II, el Papa más influyente de la historia. Karol Józef Wojtya nació en Polonia el 18 de mayo de 1920. Fue el 264º Papa de la Iglesia Católica desde 1978 hasta su muerte el 2 de abril de 2005.
Hoy el mundo conmemora diez años de su fallecimiento recordando el legado dejado por este hombre ejemplar. Hablaba italiano, francés, alemán, inglés, español, portugués, ucraniano, ruso, croata, esperanto, griego antiguo y latín, así como su natal polaco.
Beatificó a 1340 personas y canonizó a 483 santos. Fue canonizado junto a San Juan XXIII el 27 de abril de 2014.
Visitó Venezuela en dos oportunidades. La primera de ellas en el año 1985. La tarde del 26 de enero, el papa Juan Pablo II pisó por primera vez tierra venezolana. A su llegada fue recibido por el presidente Jaime Lusinchi, mandatario de esa época.
En su camino de Maiquetía a Caracas fue acompañado por miles de venezolanos que lo admiraban por sus logros dentro de la iglesia católica.
De las anécdotas más importantes era el canto de sus feligreses frente a la ventana de su habitación en la Nunciatura Apostólica para levantarlo en la mañana.
El 27 de Enero ofreció una misa en Montalban. Miles de venezolanos durmieron en la explanada dispuesta para esa ocasión en donde el sumo pontífice condenó el divorcio, el aborto, la esterilización y la eutanasia, y defendió a la familia como centro de la sociedad.
«Luchen contra la plaga del divorcio que arruina a las familias e incide negativamente en la educación de los hijos. No rompan lo que Dios ha unido, respeten siempre la vida que es un espléndido don de Dios. Recuerden que nunca es lícito suprimir una vida humana, con el aborto o con la eutanasia», señaló.
Mérida fue la parada siguiente de Juan Pablo II. Más de 300 mil feligreses presenciaron en la mañana del 28 de enero, la misa del Sumo Pontífice en La Hechicera.
El 29 de enero, el Vicario de Cristo ofreció una misa en Ciudad Guayana. Centenares de miles de personas, en su mayoría obreros y campesinos del Oriente y sur de país acudieron a la eucaristía. La voz del niño Adrián Guacarán fascinó al Pontífice.
En la homilía Juan Pablo II reivindicó la prioridad del trabajo frente al capital.
Con una bendición a Venezuela y su gente culminaba su visita de cuatro días al país.
El Papa volvió por la Virgen de Coromoto
En su segunda visita a Venezuela, el papa Juan Pablo II arribó a Caracas el 9 de febrero de 1996, procedente de Centroamérica.
Acompañado de una comitiva de prelados y periodistas, el Santo Padre fue recibido por el entonces presidente Rafael Caldera. A su llegada, el Santo Padre manifestó su alegría por volver a esta «tierra de gracia».
Mientras tanto, los feligreses alegres inundaron las calles de la ciudad y acompañaron al Vicario de Cristo en su recorrido hasta Caracas.
Al igual que en su primera visita al país, el Papa contaba con una agenda tan ocupada como la primera jornada.
En la mañana del 10 de febrero, Juan Pablo II partió a Guanare, donde miles de personas le dieron una fervorosa bienvenida.
El Sumo Pontífice inauguró el Santuario Nacional de Nuestra Señora de Coromoto, y ofició la Santa Misa en su honor. Frente a más de 3.500 feligreses, el Obispo de Roma expresó que la apertura del templo era «una invitación a revitalizar la fe a amar a la Iglesia y a la humanidad con el mismo amor de Cristo».
El domingo 11 de febrero, el Papa ofició la misa en el Aeropuerto de La Carlota. Miles de personas habían acampado el día anterior en espera de su Santidad. En la homilía Juan Pablo II exhortó a los venezolanos a derribar «todos los ídolos para superar la crisis y hacer un corazón más humano».