Aumentan a 147 los muertos por ataque a universidad en Kenia

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Un ataque de extremistas del grupo islamista radical Al Shabab en un campus universitario cobró 147 vidas, además de cuatro atacantes que también murieron, informaron el jueves el centro nacional de manejo de desastres de Kenia y el ministro del Interior.

El ministro del Interior, Joseph Nkaissery, dijo que la mayoría de los muertos eran estudiantes, pero que también fallecieron dos policías, un soldado y dos vigilantes.

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El centro de manejo de desastres dijo que había planes en marcha para evacuar a los estudiantes y otras personas afectadas.

Fue por mucho el mayor número de muertos en suelo keniano por un ataque de Al Shabab, un grupo extremista islámico procedente de la vecina Somalia.

Las fuerzas de seguridad de Kenia dijeron previamente que tomaron el control de la universidad atacada, en el noreste del país, luego que los milicianos se habían atrincherado.

Los funcionarios de seguridad dijeron que el operativo de seguridad para rescatar a los rehenes terminó y que fueron liberadas decenas de personas. Reporteros de The Associated Press cerca del lugar constataron que el tiroteo terminó.

La organización Al Shabab, con sede en Somalia, se atribuyó la responsabilidad por el ataque, aparentemente enfocado en matar a estudiantes cristianos.

El número de muertos superó los 67 que murieron en otro ataque de Al Shabab en el centro comercial Westgate en Nairobi en septiembre de 2013.

Los sobrevivientes describieron a The Associated Press una escena aterradora, donde la gente era asesinada a tiros sin piedad y las balas silbaban en el aire mientras corrían para ponerse a salvo.

Collins Wetangula, vicepresidente del gremio de estudiantes, dijo que se estaba preparando para tomar una ducha cuando escuchó los disparos procedentes de la residencia Tana, que aloja tanto a hombres como a mujeres, a unos 150 metros (yardas) de distancia. El campus tiene seis edificios para alojar a estudiantes agregó, apuntando que al menos 887 personas estudian en el centro.

Al escuchar los disparos se encerró junto a tres compañeros en su habitación, contó.

«Todo lo que podía oír eran pisadas y disparos y nadie gritaba porque pensaban que eso llevaría a los pistoleros a saber dónde estaban», dijo Wetangula. «Los asaltantes decían ‘sisi ni Al Shabab’ (‘Somos Al Shabab’ en suajili)».

Cuando llegaron a su edificio pudo oír como abrían puertas y preguntaban si los que se escondían dentro eran musulmanes o cristianos.

«Si eras cristiano te disparaban en el acto», dijo. «Con cada disparó pensé que iba a morir». Los hombres armados empezaron a disparar rápido como si hubiera un intercambio de disparos, recordó.

«Lo siguiente que vi fueron personas vestidas con uniforme militar a través de la ventana de la parte de atrás de nuestras habitaciones que se identificaron como el ejército de Kenia», dijo Wetangula. Los soldados lo llevaron, junto a unas 20 personas más, a un lugar seguro.

Un portavoz de Al Shabab dijo que el ataque en curso era obra suya. Ali Mohamud Rage dijo en un mensaje emitido por radio que combatientes del grupo estaban llevando a cabo una operación militar «pesada» dentro del campus.

Michael Bwana, un estudiante de 20 años que escapó al ataque, dijo que él y otros sobrevivientes habían estado intentando llamar a sus amigos atrapados pero que sus celulares estaban desconectados o bien los apagaron voluntariamente por su seguridad o bien los pistoleros se habían adueñado de los terminales, explicó.

«La mayoría de la gente que sigue en el interior son muchachas», dijo Bwana refiriéndose a la residencia donde se cree que los atacantes retienen a un número desconocido de estudiantes.

Augustine Alanga, un estudiante de 21 años, describió el pánico mientras los disparos sonaban en el exterior de su dormitorio de madrugada, cuando la mayoría de los residentes estaban dormidos.

La balacera se intensificó casi al instante, dijo a AP por teléfono. El fuerte tiroteo obligó a muchos estudiantes a permanecer en el interior mientras los que huían recibían disparos de los atacantes.

 

Vio a al menos cinco asaltantes enmascarados y fuertemente armados, explicó.

 

«Me estoy recuperando del dolor porque me autolesioné cuando intentaba escapar. Iba corriendo descalzo», dijo Alanga, que fue uno de las decenas de estudiantes que lograron escapar a través de una valla de alambre de cuchillas.

 

A la hora en la que comenzó el ataque — las 5:30 de la madrugada — en la mezquita de la universidad se celebraba el rezo matinal y los estudiantes allí reunidos no fueron atacados, agregó.

 

Wetangula estuvo entre la decena de estudiantes rescatados por el ejército. Un soldado les ordenó correr cuando les diese la orden y luego agacharse se lo pidiesen al llegar al exterior, dijo.

 

«Empezamos a correr y las balas pasaban silbando sobre nuestras cabezas y los soldados nos dijeron que nos agachásemos», recordó el estudiante, que apuntó que el soldado les dijo luego que había francotiradores de Al Shabab apostados sobre un edificio de tres plantas conocido como Elgon y que estaban intentando dispararles.

 

La semana pasada Al Shabab reclamó la autoría de un asedio mortífero a un hotel de Mogadiscio en el que murieron al menos 24 personas, incluyendo seis atacantes. El asalto duró más de 12 horas mientras las fuerzas de seguridad somalíes intentaban expulsar a los pistoleros que habían tomado el control de partes del hotel Maka-al-Mukarramah de la capital somalí.

 

Al Shabab también atacó el centro comercial Westgate de Nairobi en 2013, matando a decenas de personas.

 

El norte y el este de Kenia, que limitan con Somalia, se han visto afectados por ataques atribuidos al grupo islamista radical somalí Al Shabab, vinculado a Al Qaeda. Los insurgentes prometieron venganza por el envío de soldados keniatas a Somalia.

 

Kenia envió tropas al país vecino en 2011 para combatir a los extremistas de Al Shabab luego de ataques transfronterizos.

 

El mes pasado, Al Shabab dijo ser responsable de ataques en el condado de Mandera, en la frontera somalí, en los que murieron 12 personas. Cuatro de ellas fallecieron en un asalto al convoy del gobernador de la región, Ali Roba.

 

Al Shabab realizó ataques a gran escala en Mandera el año pasado. Los radicales secuestraron un autobús e identificaron a 28 no musulmanes a los que obligaron a tumbarse en el suelo antes de dispararles en la cabeza. 10 días después, 36 trabajadores no musulmanes de una cantera fueron asesinados por los insurgentes.

 

Las estadísticas policiales apuntan que 312 personas murieron en ataques de Al Shabab en Kenia entre 2012 y 2014. En ese mismo periodo, 38 personas fueron asesinadas y 149 resultaron heridas en Garissa.

 

Lee también: 70 muertos tras ataque a una universidad en Kenia

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