En la escuela nacional bolivariana Retén Arriba, en la parroquia Tamaca, cursan estudios más de 200 niños, entre preescolar y primaria, que, igual que los docentes, aspiran a disponer de salones de clases más amplios para mayor comodidad.
Padres y representantes, como Héctor Camacaro, y la docente Hildemar Rivas, expresaron su esperanza de que algún día, desde el ministerio de Educación se decidan a dotarles de una nueva estructura, con los espacios necesarios para un verdadero centro educativo.
En algunos salones se puede observar cierto hacinamiento de niños por lo reducido de los mismos, aunque la maestra se las ingenia para cumplir con su misión educativa, así como grietas en los pisos.
Pero además de la falta de espacio físico, la escuela bolivariana de Retén Arriba confronta otras deficiencias, como una cancha donde hacer educación física.
En la actualidad los niños se ejercitan en un accidentado patio, o son trasladados a una cancha lejana, lo que constituye un riesgo, no sólo por el traslado sino también porque la misma se encuentra en una zona donde se reúnen elementos extraños.
Otra necesidad de la institución educativa es un comedor pues actualmente disponen de cocina, pero los niños deben llevarse los alimentos hasta los salones de clases para disfrutarlos.
La maestra Rivas informó que una persona donó un terreno inmediato, ideal para la ampliación de la escuela de Retén Arriba y sólo falta que en el ministerio de Educación y en FEDE tomen en cuenta la necesidad de una nueva estructura, de acuerdo a las necesidades, para que el personal docente pueda cumplir sus funciones con mayor comodidad.
Camacaro enfatizó en que, con mayores espacios, la matrícula escolar podría incrementarse con niños de la zona que cursan estudios en escuelas más lejanas.