La tradicional canción del cumpleaños comenzó a ser entonada por los más de cien invitados que se encontraban en un cumpleaños en el barrio El Caribe II, al oeste de la ciudad. De forma repentina un grupo de delincuentes irrumpió tipo comando acabando con la alegría y sembrando el terror, para así asesinar a José Antonio Guerrero Rivero (30), invitado de la fiesta. La Policía del estado llegó en auxilio; abatió a uno de los delincuentes y detuvo a dos.
La fiesta era retro
El anfitrión de la fiesta, dueño de un negocio llamado Carib Burgués, es muy conocido por la comunidad del barrio El Caribe, ya que tiene años en el lugar, incluso su casa está a un lado de su local y siempre acostumbra reunir a los suyos e invitados para reuniones.
En esta ocasión celebraban su cumpleaños y se lo hicieron al estilo retro, muchas personas fueron disfrazadas. Según cuentan algunos de los conocidos, entre familiares y allegados había alrededor de cien personas.
Todo el domingo pasaron en el cumpleaños, hasta un grupo de “raspa canilla” tenían en la parte de arriba de la vivienda. Estaban disfrutando muchísimo y a las 11:30 de la noche decidieron picar la torta y comenzaron a cantar el tradicional cumpleaños.
Irrumpieron en la fiesta
Un grupo de entre seis a ocho sujetos con sus rostros tapados llegaron a la avenida principal del Caribe II. Unos quedaron abajo y otros, con mecates en mano, comenzaron a escalar hacia la parte de arriba de la casa, caminaron por un techo de zinc y al llegar hasta el final, al menos seis delincuentes cayeron hacia la terraza. Algunos invitados pensaron que eran personas disfrazadas y formaban parte de la celebración, pero enseguida estos sacaron sus armas de fuego y amenazaron de muerte a todos los presentes.
Los delincuentes comenzaron a pedir teléfonos celulares.
Al anfitrión lo tenían sometido e inclusive lo golpearon, al igual que a su hijo. Cuando los hampones se acercaron a José Antonio Guerrero Rivero, de 30 años de edad, uno de los invitados, este comenzó a temblar. Además hizo algunos movimientos involuntarios que pusieron nerviosos a los delincuentes. Uno de ellos le disparó en el ojo izquierdo.
La víctima cayó mal herida y los delincuentes, al ver lo sucedido, intentaron escapar. Los que estaban abajo se fueron pero en ese momento pasaba una patrulla de la Policía del estado que vio la irregularidad. Al llegar al lugar supuestamente se enfrentaron a los delincuentes.
En el sitio se generó un gran revuelo. La torta del cumpleañero, destrozada, daba cuenta que todos corrían por salvar su vida. Los presentes se acercaron hasta donde estaba Guerrero, “quien tan solo suspiró y murió”, relató su padre Avelino Guerrero.
Al dueño de la fiesta lo sacaron hacia el Seguro Social Pastor Oropeza, en donde le tuvieron que agarrar 60 puntos, producto de una herida que presentó.
Un abatido
Luis Rodríguez, comandante del Cuerpo de Policía del estado Lara, informó que gracias a la acción policial no hubo más víctimas que lamentar. En medio del supuesto enfrentamiento uno de los delincuentes quedó identificado como Jesús Marulanda Norvando Galíndez, de 20 años de edad, residente del barrio El Caribe y quien resultó abatido.
También detuvieron a Richard Alexander Alba Lucker y Edwin Rafael Parra, ambos de 18 años de edad, residentes de la misma zona. El segundo presentó antecedentes por el delito de droga.
Les fue incautada una pistola Pietro Beretta, calibre 9 milímetros. En el hecho, tres maleantes lograron darse a la fuga.
El comandante de Polilara también indicó que los delincuentes pertenecen a la banda de Jon Bairon, que opera en esa zona del oeste de Barquisimeto.
José Antonio fue un milagro
José Antonio Guerrero, desde hace seis años, trabajaba en Carib Burguer como despachador. Era uno de los empleados más queridos por el dueño del local y había sido invitado a la celebración de su cumpleaños.
Avelino Guerrero cuenta que era el mayor de sus dos hijos. A los 15 años sufrió un accidente de tránsito y se vio bastante afectado. Estaba vivo de milagro; su recuperación fue lenta pero satisfactoria. Superó muchos problemas, pero a consecuencia de este trauma presentaba problemas motores que lo llevaban a tener movimientos involuntarios.
Era un joven que le gustaba trabajar mucho a pesar de su condición. Era muy alegre. En un momento, los delincuentes acabaron con sus sueños.
