La vida, los modos de vida, el ambiente, y los bienes de una gran cantidad de venezolanos se observan vulnerables frente a las amenazas naturales que existen en un país como Venezuela, caracterizado por su clima tropical y sus condiciones del alto riesgo sísmico, según se corroboró en la encuesta Condiciones de Vida de la Población Venezolana 2014.
El estudio, elaborado por la Universidad Central de Venezuela (UCV), la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB) y la Universidad Simón Bolivar (USB), aborda esta área en el tema denominado “Vulnerabilidad físico-ambiental”. Sus responsables Ángel Rangel y Jesús González, ambos docentes universitarios y miembros de la Red de Solidaridad Ciudadana, concluyeron que “la alta vulnerabilidad ciudadana existente ante las amenazas naturales, incrementa la probabilidad del Riesgo de Desastres en el país”.
Los investigadores diseñaron un Índice de Vulnerabilidad Ciudadana ante las Amenazas Naturales-IVCAN con el que facilitaron el manejo de la información de los datos obtenidos en el proceso de la encuesta social que abordó alrededor de 1.500 hogares venezolanos. En el IVCAN se tomaron en consideración 32 variables vinculadas a factores sociales, económicos y físico-ambientales, “y con incidencia directa en la capacidad de los ciudadanos para anticiparse, afrontar y reaccionar de manera segura ante los impactos de las amenazas, a fin de lograr éxito en las acciones de Reducción del Riesgo de Desastres (RRD)”.
Explican que los fenómenos hidrometeorológicos, particularmente las inundaciones, están asociados a la mayor cantidad de pérdidas y afectaciones registradas en el territorio nacional. Aunque existen otros riesgos como los sismos, incendios forestales y deslizamientos.
En líneas generales destacan que “el 93 % de las personas desconoce la existencia de un plan para evacuación. El 88 % no percibe la amenaza del riesgo sísmico y un 72 % es ajeno al riesgo de inundaciones”. En el 89 % de los casos consultados, no se dispone de sistema de alerta para casos de emergencias y existe un notable contraste entre el acceso a las tecnologías de información y comunicación y la baja información sobre prevención.
Rangel y González aseguran en su informe de resultados, disponible a la colectividad en la página web de la UCAB, que la vulnerabilidad detectada “está íntimamente vinculada a condiciones socioeconómicas, usos de los suelos, características constructivas de viviendas, así como al déficit en la incorporación de la variable riesgo, en materia de planificación y ordenamiento del territorio, y en el fortalecimiento de la cultura y participación ciudadana, en función a la Reducción del Riesgo de Desastre (RRD)”.
Para ellos, resultan alarmantes los bajos niveles de percepción del riesgo en la población, así como la baja preparación y poca capacidad de resiliencia de la sociedad para casos de eventos peligrosos vinculados a fenómenos naturales.
Además, “la mayor condición de vulnerabilidad se concentra en las comunidades socialmente menos favorecidas. Y están dadas las condiciones para que el impacto de eventos vinculados a fenómenos naturales alcancen categoría de desastres, con su lamentable secuela de pérdidas y daños para la sociedad venezolana”.
El 86 % de la población, 25.913.436 personas, se encuentran ubicadas en la escala entre los niveles “medio” y “muy alto” debido a factores sociales, “cifra realmente alarmante, entre otras cosas porque el 94 % de la población no tiene información sobre prevención ante situaciones de Riesgo y/o Desastres Naturales y 93 % sin plan de evacuación”.
La resiliencia es la capacidad de los individuos de reponerse frente a las situaciones adversas y para los venezolanos esta condición será difícil de alcanzar, en caso de que se produzca algún desastre debido a la existencia de factores económicos como los siguientes:
-El 80 % de la población no tiene acceso a créditos aplicables a la recuperación.
-El 89 % no posee pólizas de seguro para sus bienes inmuebles.
-El 51 % no posee plan o póliza de asistencia médica y hospitalaria.
-El 73 % no tiene posibilidad de ahorro.
-La alta disponibilidad de vivienda alterna refleja gran solidaridad familiar.
Entre los factores físicos-ambientales, resalta que existe un alto porcentaje de viviendas autoconstruidas (63 %), de las cuales no se tiene garantía del uso de Normas Técnicas de diseño y calidad constructiva, vinculada al riesgo ante las amenazas naturales.