Todos como seres humanos de por sí somos curiosos, empezamos cuando niños en la etapa de 3 a 6 añitos de edad, donde queremos saberlo todo y preguntamos, porqué, porqué y porqué. Luego al crecer esta situación va cambiado un poco en nosotros, dependiendo de nuestro entorno y que tan curiosos y prudentes llegamos a ser. Y es entonces al hablar con otras personas cuando nos hacen entender que no es porqué sino para qué, ya que si le buscamos explicación a todo terminaríamos locos y esto se debe a que existe la tendencia de creer que no tiene importancia preguntarse por qué, especialmente cuando hablamos del sentido de la vida o de temas profundos. Por lo que algunas personas opinan que la vida está para vivirla y no para entenderla. Por esta razón, me gustaría compartirles una corta e interesante historia que me topé en la autopista del internet
Dice la historia que, en un pequeño pueblo, había un hombre muy sabio, alrededor del cual la gente se reunía de vez en cuando para meditar y recibir sus consejos. Un día apareció un gato que empezó a pasearse por la sala donde hacían la reunión. Era un gato muy juguetón y no los dejaba concentrarse. Así que el sabio pidió que alguien lo atara mientras duraba el encuentro. Al parecer al gato le gustaba participar a su manera, porque a partir de ese día, siempre aparecía cuando se reunían. Y tal como habían hecho el primer día, lo volvían a atar. Los años fueron pasando y un día el sabio del pueblo murió. Todo el mundo estuvo muy triste y le guardaron luto, pero siguieron celebrando las reuniones, ahora dirigidas por sus discípulos, los cuales intentaban mantener vivo el espíritu de su maestro. Siguieron pasando los años y los encuentros se mantuvieron casi igual. Meditaban tal y como el maestro les había enseñado e intentaban aplicar todo lo que habían aprendido de él. Por su parte, el gato seguía apareciendo y lo continuaban atando. Hasta que un día el gato también murió. Y entonces buscaron otro gato para poder atarlo durante las reuniones.
Me gusta mucho esta historia, porque muestra muy claramente lo que sucede cuando no conocemos el porqué de las cosas: acabamos haciendo cosas sin sentido. Así que intentar descubrir por qué estamos aquí, qué es la Tierra exactamente y cuál es el sentido de nuestra vida entre otras cosas importantes no es una pérdida de tiempo: es la mejor manera de no terminar buscando gatos para atarlos. Por tal motivo hoy responderemos algunos de sus porqués, esperando que nuestra respuesta le convenza a usted.
¿Por qué los globos flotan?
Los globos que inflamos con el aire de nuestros pulmones no flotan, como se puede comprobar. Sin embargo, es posible hincharlos con otros gases más ligeros que el aire, como hidrógeno, helio o aire caliente, que por su menor peso tienden a ascender e incluso, si el volumen es suficientemente grande, pueden arrastrar tras de sí considerables cargas.
En este fenómeno se basan los aeróstatos, esos globos gigantescos de los que cuelga una cestilla de mimbre. El globo se llena parcialmente de hidrógeno o helio y el aeróstato se eleva a grandes alturas. Este simpático y antiguo invento de la aeronáutica sigue utilizándose aun con fines deportivos y para exploraciones meteorológicas (globos sonda).
¿Por qué los relojes en los anuncios siempre marcan las 10:10?
Existe una regla underground publicitaria, que indica que todos los relojes deben señalar las 10:10 al momento de ser fotografiados, debido a su impacto psicológico; las horas en las que las agujas están juntas (12:00, 13:00, etc.) no resultan estéticas, además de dar la impresión de que el reloj solo cuenta con una manecilla.
Las horas en las que las manecillas están muy próximas reflejan amontonamiento y aquellas en las que se oponen también son rechazadas, pues atraviesan la esfera por su centro, destruyendo su armonía.
Las horas restantes, generalmente siguen siendo producto de discriminación por los fabricantes de relojes, como las 08:20 en las que se forma una cara triste. Otros posibles elementos del reloj, como puede ser el indicador de la fecha, se encuentran habitualmente al lado del 3 o al lado del 9, por lo que también permanecen visibles, el logo de la marca del reloj, generalmente ubicado debajo del número que indica las 12, no sólo queda bien visible, sino que además queda perfectamente enmarcado entre las agujas. Así que la próxima vez que observen que un reloj marca las 10:10 ya están al tanto del porqué, o si el reloj es el suyo, sabrá entonces que efectivamente son las 10:10 y es hora de merendar.
¿Por qué se oye el mar en las caracolas?
Las caracolas emiten un sonido parecido al del mar, producido por el choque del ruido del ambiente contra sus paredes. Cada caracola emite un sonido diferente porque sus paredes son distintas. El sonido se transmite por medio de ondas, que viajan por el aire, chocan, se replican y hacen vibrar los objetos. Cuando estas ondas llegan a la caracola, hacen que sus paredes vibren y transmitan ruidos a su interior, que resuenan rebotando en las paredes y salen por la abertura en una mezcla de sonidos denominada sonido blanco. Esta mezcla de sonidos evoca al mar.
