El Cardenalito del Este representa la puerta abierta a Barquisimeto desde el centro, y hasta hace algunos años llamaba la atención a visitantes por el verdor de su vegetación, la grama que cubría las pendientes hacia la autopista, la iluminación artificial durante las noches y ese gigantesco cuatro, instrumento típico venezolano, que obligaba a muchos a detenerse para mirarlo de cerca.
Hubo una época en que ese espacio verde se convirtió en sitio obligado por habitantes de la ciudad, no sólo vecinos, sino de diferentes sectores, para caminar, aprovechando la frescura de la tarde o la noche.
Era tanta la afluencia de parroquianos que se instaló un puesto policial, así como un vagón del viejo ferrocarril convertido en expendio de refrescos, helados y comida rápida.
Lamentablemente, hace unos años, El Cardenalito del Este dejó de ser importante para la alcaldía de Iribarren y la gobernación y su mantenimiento se redujo a la mínima expresión, lo que trajo como consecuencia el deterioro que se observa actualmente.,
La grama se secó por la inexistencia de un sistema de riego, la mayoría de las lámparas han sido destruidas por vándalos a raíz del retiro de la vigilancia policial, la grama está seca, lo mismo que los chaguaramos de la orilla de la autopista y el vagón fue cerrado por la inseguridad quew afecta a los visitantes.
Las personas que aún siguen caminando por el parque esperan que el alcalde Alfredo Ramos gire instrucciones para que ese espacio vuelva a ser verde y seguro.
