Ya nadie pone en duda la preocupación existente en los principales organismos multilaterales internacionales, con respecto a la grave crisis social, política y económica que agudiza el panorama de confrontación que lidera, estimula y alimenta el gobierno y el partido gobiernero.
Las Naciones Unidas, la Comunidad Europea, la OEA, Unasur, el Mercosur, gobiernos como el de Brasil, México y Colombia, así como algunas notables personalidades como el Papa Francisco y Vargas Llosa, se han manifestado reiteradamente y todos coinciden en cuanto a su preocupación por los riesgos, cada vez más evidentes, que se ciernen sobre la suerte de la democracia venezolana.
También internamente, en nuestro suelo patrio, son muchas las voces calificadas que se han levantado para denunciar ante el país y el mundo, el deterioro progresivo que, en manos del señor Nicolás Maduro, acaba aceleradamente con el sistema democrático. Las violaciones a la Constitución se multiplican varias veces por cien todos los días.
Sin embargo, y es esto lo que necesito y quiero resaltar en este artículo, a pesar de la preocupación nacional e internacional existente, la gente, que es víctima hora tras hora del desmadre represivo desplegado por lo que queda de régimen, nadie o muy pocos se ocupan del asunto. ¡Ni siquiera para obligar a la cúpula totalitaria oficialista a realizar un diálogo serio con los factores que lo adversan!
Quiero rogarles, a quienes todavía creen que este gobierno rectificará su rumbo por sí solo, que actúen pronto, mientras haya tiempo, antes de que la nave de la democracia termine de naufragar. ¡O se ocupan, o la dictadura se ocupará de los “preocupados”!
@UrdanetaAguirre