Un día como hoy nació la gran Teresa de Jesús

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El 28 de marzo de 1515 en la ciudad de Ávila, España, nace Teresa de Cepeda y Ahumada, quien llegará a ser con el correr del tiempo, la gran Teresa de Jesús, Doctora de la Iglesia católica y una de las mujeres más relevantes en la historia del pensamiento universal.

Bajo el lema Para vos nací, tomado de uno de los poemas de la Santa, la orden del Carmelo Descalzo, por ella fundada, y la Iglesia católica en general celebra este año el V Centenario de su nacimiento. No deja de impactar que cinco siglos después, Teresa continúa creciendo en popularidad y despertando, por la profundidad de sus escritos, la admiración y el reconocimiento de su doctrina espiritual. En la imagen de la Santa que aparece en la nave central de San Pedro, en el Vaticano, es reconocida como la madre de los espirituales.

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Desde muy niña fue apasionada lectora y buscadora sincera de la verdad. Las convicciones clarísimas que marcaron su espíritu la hacían exclamar el “para siempre, siempre, siempre” de la vida eterna. A tal hondura llegó esta convicción, que convenció a su hermano Rodrigo a escapar juntos a tierra de moros para ser descabezados por Cristo y así llegar pronto al Reino de los Cielos.

La gran popularidad de Teresa radica en la sinceridad y realismo con el que vive sus convicciones y el transparente humanismo con que nos narra los acontecimientos más descollantes de su historia de salvación.

Así, en su adolescencia, vivió como toda otra joven, vanidades, coqueteos y tiempos de superficialidad que la apartaron “de la verdad de cuando niña”. Más, abierta siempre a la Gracia, retomó los caminos del Espíritu, y da gracias a Dios “que dio fuerzas y me libró de mí”.

A los 20 años escapa de su casa en ingresa en el Monasterio Carmelita e inicia la gran aventura como religiosa destinada por Dios para refundar la Orden dela Virgen y llevarla a niveles eximios de espiritualidad.

Vive sus primeras experiencias en el claustro con la prueba de terribles enfermedades, y un colapso espiritual en que su simpatía y avasallante personalidad la llevan a comprometer su consagración religiosa y vida de oración. Pero el Espíritu del Señor que la había llamado para grandes cosas la conduce a la conversión definitiva.

Recuperada la salud por intercesión de San José y quebrantado su espíritu ante una imagen de Cristo muy llagado, Teresa se levanta para empezar una vida nueva.

Podríamos decir que tres son los aspectos más descollantes de su vida y obra. En primer lugar, la experiencia de oración, su columna fuerte como la llama ella. “No es otra cosa oración mental sino tratar de amistad estando mucho rato a solas con Aquel que sabemos que nos ama”.

En un siglo lleno de prejuicios antifeministas, Teresa emerge como la mujer orante, la amiga de Jesucristo, “Capitán del amor”, el Amado de su alma.

Un segundo aspecto es su obra como fundadora de monasterios de monjas y frailes carmelitas descalzos, sus hijos e hijas, que en su momento constituyeron uno de los elementos más destacados en la renovación dela Iglesia del post concilio de Trento. Fue el 24 de agosto de 1562, cuando la aventura teresiana comenzó con el toque de campana del Monasterio de San José de su Ávila natal. Esta obra continuó hasta 17 monasterios de monjas y varios de frailes que hoy se encuentran extendidos por todo el mundo.

El tercer aspecto a poner en relieve son sus escritos: El Libro de la Vida, Las Fundaciones, El camino de perfección, Las moradas del Castillo Interior, su obra cumbre. Las obras de Teresa han sido traducidas a innumerables lenguas para que multitud de hombres y mujeres, buscadores de Dios, se alimenten con ellos y reciban la Gracia incomparable de la pedagogía teresiana.

Al celebrar el V Centenario de su nacimiento, también nosotros como ella, repetimos: “Vuestra soy, para vos nací. Qué mandáis a hacer de mí”.

Que al ritmo de la Madre Teresa nos decidamos a hacer la aventura de nuestro Castillo Interior, entrando por la puerta dela oración hasta llegar a la séptima morada donde vive Dios y somos relanzados al servicio de la Iglesia.

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