Capitalismo lunar – La inflación, ese engendro revolucionario

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Mientras el gobierno se sumerge en la tan conveniente como demagógica recolección de firmas para pedir a Obama que retroceda en su decisión de apuntalar acciones contra funcionarios venezolanos a los que Washington señala como represores y violadores de derechos humanos, el empobrecimiento de los venezolanos avanza a paso de vencedores, gracias a los efectos de un modelo político y económico cuyo fracaso es inocultable.

El arsenal de monsergas izquierdosas y elaboradas consignas anti-imperialistas que invocan la defensa de la patria ante la amenaza yanqui, intenta escalar a un tono mediático omnipresente y altisonante, para así intentar acallar o desviar la atención de las denuncias y los hallazgos que la prensa internacional (la de estos lados, salvo pocas excepciones, guarda un temeroso silencio) publica sobre las cuentas, los manejos financieros turbios, y el blanqueo de dinero proveniente de la corrupción presuntamente “revolucionaria” en la Banca Privada de Andorra y otras latitudes, o de las jugosas “comisiones” que ex funcionarios del gobierno venezolano han recibido por guisos que han traspasado nuestras fronteras, a decir de informaciones que revelan estas sospechas, por parte de autoridades bancarias foráneas que supervisan estos delitos financieros.

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Padecemos premisas de políticas económicas y de controles, que nos han traído a este cuadro de deterioro económico, de escasez, donde el interés oficial no es crear incentivos al sector empresarial privado para aumentar la producción de bienes y servicios, sino asfixiarlo, al no entregarle dólares para la importación de insumos, y acorralarlo, con controles de precios que criminalizan de facto su viabilidad financiera, obligándolo a producir a pérdida.

La inflación, de acuerdo al pronóstico de numerosos economistas, y dada la inercia en la acción oficial, la emisión de dinero inorgánico y la sequía cambiaria, pareciera encaminada a superar este año la barrera de 110-120%, mientras el Centro de Documentación y Análisis (Cendas) reporta que la Canasta Básica Familiar de febrero de 2015 se ubica en Bs. 33.759,96. Esto ocurre, en momentos en los cuales el Sindicato Nacional de los Trabajadores de la Industria de la Harina (Fetraharina) afirma su preocupación ante el Ejecutivo debido a que el inventario cubre dos semanas de producción.

(Unionradio.net, 23-3-15), y la vida y salud de los venezolanos pende de un hilo, no sólo por la inseguridad, sino por la escasez de medicamentos y de los más elementales materiales e insumos médico-quirúrgicos en clínicas y hospitales.

Los venezolanos sufren hoy los insólitos rigores de una economía totalmente distorsionada, con un ritmo de incremento de precios que parece aumentar ya no en meses o semanas, sino en días u horas. Quizá en lugar de ejercicios militares, haga falta un ejercicio intelectual, una pizca de sensatez y rectificación, para enfrentar un Frankestein salido del laboratorio de 15 años de irresponsabilidad, derroche, devastación y corrupción “socialista”. Es innegable: la inflación, es un engendro “revolucionario”.

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