El rol de Rafael Guevara como hombre que viene del banco a significar un impacto inmediato en la ofensiva, sea como arma en la transición o recurso en el disparo perimetral, o como un elemento de mayor intensidad en la defensa, ha sido fundamental para el buen cierre de los Guaros de Lara (12-6) en la primera mitad del campeonato regular, al ganar cinco de sus últimos seis cotejos.
En la serie contra los Bucaneros de La Guaira, el pasado 14 y 15 de este mes en el polideportivo José María Vargas de La Guaira, Guevara fue empleado durante 20 minutos en cada choque y devolvió esa confianza con 9 de 13 en intentos de cancha convertidos, incluidos 7 de 11 triples. Su actuación acabó con los bajos porcentajes del equipo en ese aspecto del juego, a pesar de que el volumen de tiros seguía alto en conjunto.
Luego, frente a los Gaiteros del Zulia en el Domo Bolivariano de Barquisimeto y pese a que sus minutos pasaron a ser 18 en el primer choque (90-71) y 12 en el segundo (99-90), Guevara volvió a ser sinónimo de rendimiento idóneo desde la reserva, al liderar la producción ofensiva del primer juego con 18 puntos, incluidos 4-4 en cestas triples, además de cinco asistencias y dos robos de pelota, mientras que en el segundo juego agregaba otras 11 unidades, incluidos tres bombazos desde los 6.75 metros.
Hasta allí, encadenaba nada menos que de 22-14 en lanzamientos de larga distancia pese a que nunca fue parte del quinteto inicial o fue más allá de los 20 minutos. Al volver a la carretera, frente a los Toros de Aragua en Maracay, disputó 25 minutos la noche del lunes 23 para cerrar con cinco puntos, tres rebotes, una asistencia y un robo de pelota y anoche, en 14 minutos, por primera vez se quedaba sin aportar puntos, aunque su equipo no padeció por ello.
Desde el principio de la pretemporada, cuando Delonte West se encontraba en el país e incluso luego, con la llegada de Kim English o Luis Flores, Guevara no ha perdido el enfoque de colaborar en el rol para el que Néstor “Ché” García decida utilizarlo y por ello, con frecuencia, suele acompañar al primer jugador de pintura que entra a la cancha en el primer conjunto de cambios del coach, a veces un criollo (Windi Graterol) o Devin Green.
En la transición suele asociarse con Guillent para cambiar la dinámica del juego y generar tanto la velocidad como la superioridad numérica necesaria para producir por esa vía tras un tiro errado del rival o una recuperación, lo cual es eficaz en especial cuando la rotación de pelota en la mitad de cancha ante una defensa en zona no funciona para encontrar puntos.
En su paciencia y su comprensión de las necesidades del equipo en ciertas situaciones, reposa parte del éxito de los Guaros.
