Fueron muchos los años que los feligreses, en torno a su iglesia, después de haberse destruido su antigua edificación venían clamando por una nueva construcción.
Fueron muchos los años que se echaron las bases para la edificación de un nuevo templo. Han sido muchos los años de espera para que las autoridades municipales, estadales o nacionales, cualquiera de ellas, atendiera la demanda de la feligresía par que se continuara la construcción. Han sido muchos los años del largo calvario que la gente de fe ha tenido que sufrir para que la iglesia del Buen Pastor , al fin, se continuara.
Como se comprenderá, los períodos de inactividad, paralización de la obra, han sido continuados y largos. El tiempo pasaba sin detenerse y las columnas mondas y lirondas estuvieron allí llevando agua y sol sin que nadie les metiera la mano. Fue entonces cuando el sacerdote que oficiaba la eucaristía en un improvisado local adyacente, Javier Cerga Sangronis, un pastor dedicado de espíritu, cuerpo, almay mucha voluntad que se entregó al oficio de motivar a la población de las parroquias que conforman la feligresía para que se continuara la edificación. Y fue con esta salida que de nuevo, la obra comenzada, continuó de nuevo sus trabajos.
La obra lentamente progresaba. Se levantaron las paredes y como por arte de magia se conseguía el avance en todos los frentes. El corazón del apasionado sacerdote Sangronis y los fieles de la parroquia del Buen Pastor se llenaron de entusiasmo.
Al fin, el país nacional, tomó las riendas de lo que faltaba por construir y la iglesia del Buen Pastor de la urbanización Patarata II, ya se encuentra en la etapa final. Ya el nuevo templo es prácticamente una realidad palpable. El techo ha sido terminado, se han colocado las pesadas puertas y las ventanas basculantes que tan solo esperan se les coloque los cristales; aspiramos que sean vitrales.
Actualmente se trabaja en el piso. Pero se ha permitido una breve paralización debido a que el lunes 16 del corriente es esperada la visita de la Divina Pastora; el nuevo templo, aún sin terminar, recibirá a la venerada imagen. Y Ella, de seguro, derramará sus sagradas bendiciones para que lo que resta por construir se cumpla como un generoso milagro suyo. La feligresía y el sacerdote colmados de satisfacciones vivirán la alegría de contar con un novísimo templo para el Buen Pastor. ¡Hurra! El padre Javier Cerga Sangronis, diligente sacerdote de la parroquia, ha conseguido usted lo que la feligresía demandaba. Es un milagro de la Divina Pastora.
