Protección Civil en Lara, estima, por los antecedentes históricos, que la temporada de lluvias inicie entre finales del mes de abril y la primera quincena del mes de mayo, pese a que en los últimos días hayan habido diversas precipitaciones de baja intensidad en varios municipios del estado Lara.
El coronel Héctor Vargas, director de Protección Civil – Administración de desastres del estado Lara, manifestó estar preparado durante los 12 meses para cualquier situación natural.
“Nosotros estamos preparados con material y equipo los 365 días del año, no solamente para lluvias, inclusive para actividades sísmicas, inundaciones e incendios de vegetación”.
Vargas aseguró tener vigiladas las zonas de mayor riesgo de inundación en la región para la venidera época invernal.
“En el municipio Iribarren, en el norte como El Cují y Tamaca; el oeste por la avenida Florencio Jiménez, el distribuidor San Francisco, son lugares muy propensos”.
Por todo el tramo de la avenida Vargas, específicamente en el barrio Santo Domingo, es de alto riesgo para los habitantes de este sector, debido a las altas posibilidades de congestionamiento de líquido, aunado a la contaminación de desperdicios sólidos, los cuales obstruyen los desagües.
Otra de las consecuencias de las precipitaciones son los posibles deslaves en sitios montañosos del perímetro larense, por lo que afecta las vías que conectan con otros estados del país.
Según el director Vargas en las zonas semiáridas son parte de la población que presenta estos problemas.
“Cuando llueve en estos sectores es de gran intensidad, aunque tenga corta duración, provoca grandes inundaciones”.
Las medidas tomadas por parte de la protección civil es la de preparar al personal con los equipos y materiales necesarios, en caso de alguna emergencia, así como también dictarán talleres a los líderes de las comunidades para que transmitan estos mensajes a los vecinos.
Además, las instrucciones emitidas por los representantes de este ente público serán difundidas en las escuelas y liceos, de forma que los profesores puedan tomar sus prevenciones y proteger a los niños y adolescentes.
Como medida principal que las familias pueden tomar es observar si están en zonas de riesgo, y de ser así, dirigirse al la residencia de algún familiar o persona de confianza donde puedan residir mientras el peligro desaparece de su localidad.