Entre los barquisimetanos y “barquisimetidos” de ayer existe una justificada preocupación por el poco interés que desde entes municipales o regionales han prestado últimamente al casco histórico de la capital larense.
Viejas casonas colmadas de historia han desaparecido ante las maquinarias destructoras para dar paso a modernos inmuebles, llevándose de paso muchos recuerdos.
Desde hace años, personalidades preocupadas por la conservación de lo que queda de la Barquisimeto de ayer han venido advirtiendo sobre la necesidad de legislar en torno a la protección de esas casonas que aún están de pie en las inmediaciones del Edificio Nacional, pero poco o nada han logrado pues el deterioro de la zona prosigue ante la indiferencia de gobernantes o legisladores.
En la carrera 17 aún quedan algunas antiguas estructuras que se han salvado de la destrucción, pero no gracias a la intervención oficial sino de particulares, en especial de sus propietarios, que persisten en su empeño de no permitir su desaparición.
Recientemente se pudo ver como parte de la sede del Colegio Diocesano se vino abajo por efectos del tiempo, e igualmente es fácil constatar el estado en que se encuentran otros inmuebles del sector, en concreto los ubicados frente a la plaza Lara y calles transversales, algunos de los cuales han tenido que ser desalojados ante el peligro que representan para quienes traten de operar bajo sus tejas.
Un grupo de mujeres y hombres se han constituido en Fundación Amigos del Casco Histórico de Barquisimeto, desde donde han hecho contactos con entes oficiales para tratar de salvar lo que aún queda de esa hermosa parte de la ciudad.
“No hemos logrado mucho, pero confiamos en que desde la gobernación o la alcaldía alguien tome en cuenta la necesidad de proteger tan valioso patrimonio y se asignen los recursos indispensables para que no sigan cayéndose esas casas”, señala Raúl Azparren, un hombre que, como lo hizo su progenitor, trabaja incansablemente por su ciudad, por la conservación de esas muestras de su historia, para que no se pierdan en el olvido.
Pero la tarea no debe ser únicamente para conservarlas sino también para impedir que desadaptados sociales contra quienes parece no existir control alguno, se den a la tarea de pintar consignas políticas, muchas veces vulgares, en paredes recién pintadas del casco histórico, como se puede observar frente al Edificio Nacional.
Se recuerda que hace años desde la alcaldía se informó sobre la instalación de cámaras en varios sitios para monitorear el movimiento de personas y impedir abusos de ese tipo, pero, al parecer, todo quedó en simples anuncios que pasaron al olvido, dando libertad a ese tipo de vándalos a reincidir en sus malsanas andanzas.
La casona de la esquina
Una muestra del poco interés que desde el Gobierno, municipal y regional, existe para evitar la desaparición del casco histórico de Barquisimeto lo representa la casona de la esquina, en la carrera 17 con calle 24, que data de 1850, donde hasta hace algunos meses funcionó la Fundación Sociedad Amigos de Barquisimeto, y luego la de Amigos del Casco Histórico.
Raúl Azparren, uno de sus principales promotores, recuerda que allí funcionó la primera universidad del estado Lara, llamada, Colegio Federal de Primera Categoría, de la que egresaron eminentes médicos, como el doctor Ramón Gualdrón, así como también abogados. Luego fue la primera sede del liceo Lisandro Alvarado, de la normal Miguel José Sanz y, hasta pocos años, de la Escuela de Música, o conservatorio.
El inmueble fue desalojado por recomendación de Protección Civil, debido a su precario estado, sobre todo de sus techos y paredes, lo que hace temer un derrumbe en cualquier momento. Cualquiera puede notar la inclinación de la pared frontal.
Azparren aspira que, antes de que llegue la temporada invernal, se le hagan las reparaciones indispensables para que no se pierda ese pedazo de historia de Barquisimeto.
Emica asignó 5 millones hace meses para algunos trabajos, insuficientes para la magnitud del deterioro que presenta. Se requiere con urgencia más recursos y disposición, antes de que sea tarde.
