“Si no hay un buen gobierno la nación fracasa; el triunfo depende de muchos consejeros”. Prov. 11:14
La palabra parlamento deriva de la raíz francesa “parlement” que, a su vez proviene de la palabra “parler”, que significa hablar. En tal sentido, podemos definir a un parlamentario como aquel representante elegido por los ciudadanos, que tiene como función primordial la de hablar en un órgano político para elaborar, reformar y aprobar leyes.
Partiendo de este concepto en el siguiente trabajo intentaremos señalar algunos elementos con los cuales debe contar un diputado, para ejercer con mayor cabalidad sus funciones.
1. ¡Que sea temeroso de Dios!
La principal virtud que debe tener un ciudadano en general es temer a Dios por encima de cualquier poder. Debido a esta razón el hombre que representa a un pueblo debe guardar obediencia al creador para que sus planes sean benditos por encima de las dificultades.
Usted puede tener grandes dones y sabiduría, pero si no reconoce que hay un ser supremo
que lo rige, sus esfuerzos serán en vano.
2. ¡Que cuente con la Unidad de análisis de entorno!
Para poder ejercer funciones de control sobre el Gobierno y la Administración Pública Nacional, los diputados deben contar con un grupo multidisciplinario de profesionales y dirigentes sociales que unan sus esfuerzos para captar de los ciudadanos de un estado o circunscripción, sus demandas, mediante la aplicación de estudios de opinión y consultas populares permanentes, que le permitan seguir y evaluar las políticas públicas a través de indicadores de gestión, que describan objetivamente el desempeño de los gobernantes y las instituciones que representan. Por más olfato que haya desarrollado en su experiencia, siempre es necesario contar con instrumentos objetivos que capten la realidad, dejando de un lado la subjetividad y el empirismo.
3. ¡Que se apoye en un presupuesto participativo! En vista de que a un diputado le corresponde
discutir y aprobar el presupuesto nacional y todo proyecto de ley concerniente al régimen tributario y al crédito público, es lógico que las obras y programas que vayan a tener su voto procuren solucionar los problemas que los habitantes hayan seleccionado por mecanismos democráticos como prioritarios, razón
por la cual el presupuesto participativo debe formar parte activa de la agenda del representante legislativo, para estar en sintonía con las comunidades. “El compañero” Escolástico López, de El Rodeo, en el municipio Morán, siempre le agradecerá que su necesidad de la vialidad rural esté reflejada en el rosario de sus planteamientos, aun cuando sabe que un legislador tiene en su cabeza muchos megaproyectos multimillonarios.
4. ¡Que tenga una agenda popular!
Cuando uno asume un cargo de representación pública, por lo general se deja atrapar por reuniones protocolares y grandes comidas en restaurantes lujosos. Eso es sabroso, pero al final eso no va a garantizarle que Ud. se mantenga en la curul, ya que los apoyos reales están en los barrios y caseríos,
que al final son los que tienen el 80% de los electores que conforman los estratos sociales D y E, en Venezuela. “Patee el barro” y haga que sus votantes lo sientan cercano, capaz de enterarse con sus propios ojos de lo que está padeciendo su compañero o camarada.
“Macollar” en reuniones de elites para estar en la jugada política es necesario, pero nada supera el contacto directo con el cual podemos observar en corto las reacciones de nuestros representados.
5. ¡Que busque apoyo mediático!
Aunque Ud. sea un mago de la oratoria y tenga excelentes contactos en los medios, rodéese de expertos en la materia que le apoyen en difundir estratégicamente sus actividades y le permitan interactuar con los medios tradicionales como TV, periódicos, radio y los de última generación como las redes sociales y telemarketing. Ante tantos temas que están de moda no es fácil formar parte de la agenda de los ciudadanos que andan más pendientes de otros asuntos que no son políticos. “Cacaree” bien lo que hace.
Si no comunica sabiamente, lo más probable es que le digan: “Todos los políticos son iguales, cobran sin trabajar”.
6. ¡Que no olvide su terruño!
Los parlamentarios cuando son electos se juramentan como dignatarios nacionales, no
obstante un legislador inteligente no puede olvidar que su legitimidad reside en los sufragantes
de un estado o porción de él; por ello por más “trajeado” que aparezca en la TV discurseando en el hemiciclo recuerde siempre a su provincia para que sea siempre “profeta en su tierra”. Haga que sus coterráneos lo conviertan en vitalicio, luchando por sus obras y programas.
Cuando los partidos políticos son fuertes, muchos de estos consejos pueden pasar inadvertidos porque los diputados con sólo tener la gracia de sus directivas creen que es suficiente para mantener su silla; sin embargo considero humildemente que en las próximas elecciones parlamentarias en Venezuela los electores tienen una lupa más grande que en tiempos pasados para seleccionar sus opciones.
Las organizaciones partidarias tienen la pelota en la mano para proponer a los mejores hombres y mujeres en los venideros comicios.
Dejemos el egoísmo en el pasado y reconozcamos a los candidatos con mejores perfiles para que tengamos un parlamento capaz de legislar para la paz y la prosperidad.
¡Abajo las focas! Amanecerá y veremos.