El Deportivo Lara recibió un sorbo de “trago amargo” tras empatar 1-1 con Atlético Venezuela, su segundo pacto consecutivo en su casa, el Metropolitano de Cabudare, y perder la oportunidad de trepar al menos hasta la segunda casilla de la clasificación correspondiente al torneo Clausura.
El conjunto de Rafael Dudamel venía de conseguir un par de triunfo en condición de visitante y regresaba a casa con la aspiración de extender la seguidilla de conquistas, pero fue frenado por un rival que en principio no parecía difícil y que hizo bien las cosas en defensa para sacar un resultado positivo en suelo crepuscular.
El cuadro rojinegro, al arribar a 20 puntos, continúa dentro de los tres primeros de la clasificación, aunque ahora distanciado tres contables del nuevo líder, el Caracas FC.
“Fue un trago amargo para nosotros”, admitió el defensor Henri Pernía en comunicado de prensa.
“Nos vamos insatisfechos, pero a la vez tranquilos. Dimos todo para llevarnos los tres puntos, ellos se pararon bien en cancha y consiguieron el resultado que vinieron a buscar”, agregó el jugador.
La oncena tomó el control de la pizarra bien temprano, con un gol de Heiber Díaz Tovar al minuto 9. Parecía tener controlado a un rival que no lucía bien y estaba para un segundo golpe, pero le dio vida al visitante cuando, en un descuido, perdió la pelota en tres cuartos de cancha y tras dos toques recibió la diana de Leonardo Carboni.
A partir de allí la historia fue otra, porque el Lara perdió fuerza y claridad en la zona de creación y el cuadro nacional se agrandó en defensa.
“Son situaciones de partido donde das medio segundo, te descuidas y te cobran. Ellos (los del Atlético Venezuela) tuvieron una y la mandaron a guardar… fueron más errores nuestros que virtudes de ellos”, señaló en autocrítica el zaguero, para quien “hay que corregir lo que pasó y retomar la concentración que veníamos teniendo, para encarar el venidero partido contra Llaneros”.
Tras el tanto que niveló la pizarra al minuto 24, el elenco rojinegro buscó por todos los medios retomar la ventaja, pero le faltó el fuelle, la claridad y el toque de suerte de otros desafíos.
Dudamel había tomado la decisión de dejar en el banco de suplentes a Renzo Zambrano y José Caraballo, dos de los más desequilibrantes de la plantilla, para darles descanso, y los hizo entrar en el segundo tiempo, sin obtener el efecto esperado.
El “muro” de hasta ocho hombres defendiendo fue impenetrable para la escuadra local, que se recreó mucho en el toque y tuvo poco factor sorpresa, sin rapidez, quizá algo cansado por la elevada carga de partidos en las últimas semanas.
“En el segundo tiempo fuimos nosotros los que manejamos el partido… pero las acciones fueron muy trabadas, no conseguimos espacios, tuvimos una por ahí con Renzo, pero no se dio”, analizó Pernía, para agregar que “ya esto pasó y debemos pasar la página”.
El próximo duelo del rojinegro es el domingo como visitante frente a Llaneros de Guanare, ante el cual buscará recuperar los puntos perdidos en casa, antes de recibir la siguiente semana al Portuguesa, el otro equipo del estado vecino.