La espiral de tensión entre Estados Unidos y Venezuela debería ser contenida o de lo contrario tendrá un fuerte impacto en la Cumbre de las Américas, que la región espera sea una «cumbre de la alegría», dijo el jueves el canciller de Ecuador, Ricardo Patiño.
De acuerdo con el diplomático, toda la región está interesada en una agenda positiva, «pero eso depende de que los temas puedan avanzar, del nivel de diálogo entre Estados Unidos y Venezuela», dijo Patiño en Washington durante un encuentro con periodistas.
En la visión de Patiño, la intención de que la Declaración de la cumbre que se realizará en Panamá se concentre en temas generales y de cooperación solamente podrá hacerse realidad si los jefes de Estado perciben que un tema de esta gravedad está en vías ser saldado.
«Yo estimo que si hay un viso de solución amigable y dialogada de este problema, si se nota una disposición a tratar los temas», los jefes de Estado estarían más dispuestos a concentrarse en una agenda positiva, dijo.
Patiño apuntó que la región aspira a que la Cumbre de las Américas «sea una cumbre de la alegría. Estaríamos por primera vez con Cuba, estaríamos completos. Tendríamos la foto de todos los presidentes, hermanados, pensando en el futuro y superando conflictos».
Y sin embargo, añadió, «hemos avanzado en el tema de Cuba y hemos retrocedido en el tema de Venezuela».
En la víspera, la canciller de Panamá, Isabel de Saint Malo de Alvarado, había expresado su convicción de que la disputa entre Washington y Caracas no provocaría nubarrones en la Cumbre.
«Hay que permitir el libre debate de ideas, es parte de la democracia y la mesa está puesta para eso», dijo la diplomática.
«Estamos esperando que los americanos lleguen a la cumbre a hablar de todos los temas, los retos que enfrenta la región, y los países son libres de abordar el tema que cada uno quiere poner sobre la mesa», señaló.
Las relaciones entre Estados Unidos y Venezuela sufrieron la semana pasada un nuevo golpe después que Washington adoptara sanciones contra funcionarios venezolanos y declarara que la situación interna venezolana constituye una «amenaza inusual y extraordinaria a la seguridad nacional y política exterior» del país.